2 de noviembre 2009 - 08:52

Inseguridad: qué hacer ante el robo del auto

Inseguridad: qué hacer ante el robo del auto
Las víctimas de la inseguridad se renuevan cada día. Casos como los del ex futbolista Fernando Cáceres, baleado en Ciudadela, o el de Gonzalo Etcharrán, el empleado bancario ejecutado delante de su esposa embarazada y su pequeño hijo, mantienen en la agenda ciudadana a una preocupación que, lejos de disminuir, cobra más vigor a medida que transcurre el tiempo y no surgen fórmulas efectivas.

Las tragedias aparecen como el eslabón final de una cadena que comienza por delitos menores. Los robos son el móvil inicial de acciones que luego terminan con la vida de comerciantes, empleados, empresarios. La sensación de que cualquiera puede ser el próximo blanco gana terreno a fuerza de hechos.

Así, la necesidad de tomar medidas de prevención personal se propaga al ritmo con que suceden los acontecimientos más alarmantes. Y los ejemplos demuestran que muchas fatalidades tienen su origen en el robo de autos. En este sentido, Ámbito.com dialogó con Eric Raubvogel, presidente de la empresa especializada en seguridad FIRCEN, quien brindó una serie de consejos para aplicar en situaciones cotidianas.

Raubvogel resaltó, respecto a las formas de evitar el robo de vehículos, la importancia de chequear el entorno antes de subir a un auto. En caso de sospechar que hay probabilidades de ser asaltado, sugiere no ingresar al coche y seguir caminando, preferentemente hacia alguna zona concurrida, como bares o locales comerciales.

Si no hay motivos para inquietarse y el conductor ingresa al auto, el especialista indica, en orden, los pasos a seguir: "Lo primero que hay que hacer es poner el coche en marcha, después trabarlo. Recién ahí dedicarse a otras tareas, como colocar el estéreo, por ejemplo". También señala que los semáforos son el lugar preferido por los delincuentes y que en general abordan al primero de la fila, para tener un escape rápido, y lo hacen por el lado del conductor. La recomendación, en esos casos, es estar atento a lo que sucede alrededor, utilizando los espejos, y dejar distancia, tanto de otros vehículos como de la senda peatonal, con el auto en primera para tener una reacción más rápida si se necesita arrancar.

No obstante, Raubvogel, que además escribe sobre el tema en su blog sentirnoseguros.wordpress.com, destaca que, con el intento de asalto consumado, no hay que oponer resistencia. Si el asaltante le pide descender al conductor, éste "siempre debe salir y dirigirse hacia la parte posterior del vehículo". La recomendación está fundamentada en que si el conductor huye hacia adelante, seguramente se topará con el ladrón, quien puede intranquilizarse por un choque involuntario o indicarle que vuelva a subir al vehículo, lo cual puede derivar en un secuestro express.

Raubvogel también advierte que en el supuesto caso que el asaltante pida a la víctima que conduzca, es clave que ésta se mantenga "sumisa y tranquila, siempre pendiente del camino que está tomando, ya que si lo dejan en una villa o un lugar oculto, es imprescindible que sepa cómo llegar a un sitio seguro". En ciertas ocasiones, el asaltado puede pedir calma a los atacantes, asegurando que hará todo lo que pidan sin necesidad de que deban recurrir a una agresión física. A su vez, Raubvogel explica que muchas veces los ladrones no dan indicaciones y es el conductor el que debe manejar según su criterio. "En esas circunstancias, hay que avisar cada maniobra para que los delincuentes no crean que los están llevando a una emboscada".

Consultado sobre las causas de la inseguridad, Raubvogel menciona como primordial a la educación: "Hacen falta marcos de contención. Los jóvenes están todo el día en la calle y no ven otra salida que no sea la delicuencia, la cual comparten con otros que están en su misma situación". Además, menciona que esa carencia determina un desprecio por el significado de la vida, ya que ellos mismos rara vez llegan a la vejez, según la experiencia del especialista. "Mueren adolescentes, en enfrentamientos con la policía o con otras bandas", explica.

En este punto, menciona que la solución no es bajar la edad de imputabilidad de los menores, sino trabajar en políticas integrales que contengan a los jóvenes, así como aplicar penas más duras que castiguen las infracciones, que no incentiven a las personas a volver a delinquir.

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