Argentinos dejó a Racing en zona de promoción
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En Avellaneda esta noche, todo comenzó con festejos cuando se premió al actor Guillermo Francella, uno de los protagonistas de la película nacional premiada con un Oscar "El Silencio de sus Ojos".
Después se vio un primer tiempo resultó aburrido con sólo un par de jugadas vibrantes, una peligrosa por bando y un segundo tiempo en el que el local hizo lo poco que pudo y se fue hundiendo en el nerviosismo generalizado.
En la primera etapa, por el lado de los locales, Claudio Bieler tuvo su oportunidad de convertir gol pero chocó con la última línea de Argentinos que logró despejar al córner cuando el arquero estaba algo desacomodado.
En un intento visitante, Facundo Coria probó de media distancia y exigió al portero racinguista Jorge De Olivera, quien despejó arriba y al córner.
Ambos equipos habían puesto en escena esquemas parecidos, con líneas de fondo conformadas por tres defensores y funcionaron aceptablemente en defensa.
Pero los dos dependieron excesivamente de algunas figuras como Gabriel Hauche (ovacionado por los hinchas visitantes antes del comienzo) o Pablo Lugüercio en el caso de Racing y de Coria, cuando la pelota pasaba por Argentinos.
Ya en el segundo tiempo, cuyas características resultaron casi similares a las del primero salvo una mayor audacia del lado de Racing, Argentinos llegó a través de una contra a los 30 y el intento de Ismael Sosa que aprovechó una falla de Roberto Ayala fue frustrado por el arquero De Olivera.
Y si falló en la primera, la segunda resultó la vencida porque el ex Racing -que evitó gritar el gol- recibió un centro entrando al área chica y definió con frialdad al palo derecho del arquero, en 32 minutos.
Se jugaban 41 minutos, Racing iba con desesperación y el arquero Ojeda derribó a Bieler en el área. Penal indiscutible que Claudio Yacob ejecutó a los 42 y el arquero detuvo abajo y a su izquierda.
Argentinos resultó, en el balance, un equipo más prolijo pero fundamentalmente tuvo la tranquilidad y el orden que a Racing le faltan por su incómoda posición en la tabla del promedio.
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