20 de septiembre 2011 - 14:52

El Fondo lanza alerta: "La economía mundial está en peligro"

El Fondo lanza alerta: La economía mundial está en peligro



































"La economía mundial se encuentra en una peligrosa nueva fase" advirtió el Fondo Monetario Internacional en su World Economic Outlook dado a conocer este martes en Washington. La actividad económica mundial se ha debilitado y se ha tornado más desigual, la confianza ha caído de manera marcada y los riesgos de una recaída están aumentando, según surge del documento.

En su reseña, el FMI sostiene que, con el telón de fondo de debilidades estructurales que permanecen irresueltas, la economía internacional sufrió un aluvión de impactos este año: Japón fue afectado por un terremoto y un tsunami y los disturbios sociales se multiplicaron en varios países productores de petróleo. Al mismo tiempo, se detuvo la recuperación de la demanda privada en los Estados Unidos, la zona del euro atraviesa turbulencias financieras, los inversores huyen de los activos de riesgo y las consecuencias comienzan a notarse en la economía real.

Los problemas estructurales que enfrentan las economías desarrolladas afectadas por la crisis resultaron más difíciles de resolver que lo que cabría esperar y más complicada la elaboración e implementación de reformas, de acuerdo con la evaluación del organismo multilateral. En consecuencia, la perspectiva para estos países es de una recuperación débil y accidentada. Para los países emergentes las perspectivas se presentan ahora un poco más inciertas que meses atrás, aunque el Fondo confía en que la actividad permanecerá robusta.

El Fondo redujo sus previsiones de crecimiento. Así, el PBI mundial aumentaría 4% durante el año en curso y otro tanto en el próximo, contra un crecimiento de 5,1% registrado en 2010. El crecimiento previsto para los países avanzados es "anémico" ya que se sitúa en 1,6% para el presente año y en 1,1% para 2012.

De todas formas, se advierte que estas proyecciones asumen que los políticos europeos logran contener la crisis en los países periféricos de la región, que los estadounidenses consiguen un adecuado balance entre las medidas de estímulo de la economía y la necesaria consolidación fiscal de mediano plazo y que no escala la volatilidad de los mercados. Pronóstico que hoy parecen optimistas frente a las divergencias que tienen tanto los líderes de los principales países de Europa y en los Estados Unidos. Es más, la situación de Grecia pende de un hilo, al respecto el FMI estima que el PBI griego este año cerrará con una caída del 5% y para el 2012 y con muchas dudas: -2,0.

En cuanto a los países emergentes, se espera que moderen su ritmo de crecimiento, pasando a una tasa promedio de 6,4% en el año en curso (casi un punto menos que el 7,3% de 2010) y un avance de 6,1% en 2012.

La eurozona

De todas formas, el informe es enfático al advertir sobre los riesgos de recaídas, particularmente por dos temas. Uno es el peligro de que salga de control la crisis en la zona del euro, a pesar de la fuerte respuesta política acordada en la cumbre del pasado 21 de julio por los líderes de la región. En tal sentido, el FMI apela a la necesidad de que los políticos europeos ratifiquen rápidamente estos compromisos y que mientras tanto el Banco Central Europeo continúe interviniendo fuertemente para mantener en orden los mercados de deuda soberana. Más aún, sostiene que los líderes europeos deben hacer todo cuanto esté a su alcance para mantener la confianza en las políticas nacionales y en el euro. Además, considera que dadas las menores presiones inflacionarias y la situación de tensión en el mercado de deuda soberana, el Banco Central Europeo debería reducir las tasas de interés si persistieran los riesgos de un menor crecimiento.

De todas maneras el FMI aún mantiene cierto optimismo frente al potencial de crecimiento del motor europeo: Alemania estimando que este año su economía cerrará con una expansión del 2,7% y en 2012 cae a 1,3 siendo el país que más crecería de la euro zona. Un dato llamativo es la estimación de un PBI para España de 1,1% para el año que viene.

Dudas respecto a Estados Unidos

El segundo peligro se refiere a la actividad en los Estados Unidos que ahora se está debilitando y que podría sufrir nuevos contratiempos si, por ejemplo, se dieran nuevas demoras en la instrumentación de políticas que lleven a la consolidación fiscal, si se debilitara el mercado inmobiliario, si aumentara rápidamente la tasa de ahorro o se deterioraran las condiciones financieras. El FMI advierte que hay serios riesgos de que recortes fiscales apresurados en este país lleven a un debilitamiento de las perspectivas sin que se logren las reformas requeridas a largo plazo para reducir la deuda a niveles sustentables. Al respecto, sostiene que dados estos riesgos de recaída, la Reserva Federal debe estar lista para desplegar más medidas de soporte no convencionales.

Si se produjera cualquiera de estos episodios, el Fondo advierte que se producirían serias repercusiones en el crecimiento global. Si se dieran renovadas tensiones, éstas podrían deteriorar a los mercados financieros y a las instituciones de los países desarrollados que permanecen inusualmente vulnerables. Los precios de las materias primas, el comercio mundial y los flujos de capitales podrían caer abruptamente, impactando negativamente el crecimiento, tanto de los países desarrollados como de los emergentes. Según los ejercicios realizados por el Fondo, si los Estados Unidos y la zona europea cayeran en recesión, las previsiones de crecimiento para el año próximo podrían verse reducidas en cerca de 3%.

Si bien los riesgos locales tanto en los países emergentes como en los desarrollados parecen menos severos, el FMI igualmente sostiene que debe prestarse particular atención al posible recalentamiento de ciertas economías. Asimismo, a los riesgos referidos a los precios de las materias primas y la posibilidad de desordenes sociales en diferentes puntos del planeta.

El Fondo afirma que debe avanzarse en el rebalanceo de la economía global. El estímulo de la demanda privada en reemplazo de la generada por el sector público ha registrado progresos en distintos países, pero estas políticas aparecen demoradas en los principales países desarrollados. En el mismo sentido del rebalanceo, las economías con grandes excedentes externos deben avanzar en la consolidación de sus mercados internos y lo contrario deben hacer aquellas economías que tiene déficit en sus cuentas externas, un proceso que a juicio del FMI se encuentra "a mitad de camino".

Para los países desarrollados afectados por la crisis, el organismo multilateral recomienda acelerar el saneamiento y la reforma de los sistemas financieros. Además, la política fiscal debe navegar evitando los peligros de perder credibilidad por un lado, y poner en peligro la recuperación, por otro. La definición de planes fiscales de mediano plazo y el establecimiento de reformas son cruciales para asegurar la credibilidad y la sustentabilidad como así también para afianzar el crecimiento y la generación de empleo.

Para la zona del euro, el Fondo considera que las instituciones financiera frágiles deben recibir inyecciones de capital, preferiblemente proveniente de aportes privados, o de fondos públicos en última instancia. Para las naciones de la periferia europea en problemas, el mayor desafío, según el FMI, pasa por encontrar el adecuado equilibrio entre la consolidación fiscal, las reformas estructurales y el apoyo externo para asegurar que el ajuste de estas economías sea sostenido. En tal sentido propone la adopción de reformas que mejoren la capacidad de estimular y mantener la competitividad.

Y para los Estados Unidos es una prioridad delinear un plan de mediano plazo de consolidación fiscal que ubique a la deuda de este país en un nivel sustentable, como así también la implementación de políticas que sostengan la recuperación, incluyendo ajustes en los mercados inmobiliarios y de trabajo.

En cuanto a los mercados emergentes, el organismo multilateral considera que algunos han estimulado más de la cuenta la demanda interna - países de Latinoamérica - y en tal sentido recomienda morigerarla reduciendo los déficits estructurales y endureciendo la política monetaria. Y otros - países clave de Asia - según el Fondo no han estimulado suficientemente sus mercados internos y, al respecto, las recomendaciones pasan por una apreciación marcada de sus monedas y reformas estructurales que conduzcan a una reducción de las altas tasas de ahorro que caracterizan a estas economías.

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