3 de abril 2012 - 01:10

Georgias: no hay flores en la tumba del marino

El suboficial de la Armada Félix Artuso fue muerto hace 30 años en la isla Georgia del Sur. Sus familiares no logran el permiso para poder visitar su tumba.
El suboficial de la Armada Félix Artuso fue muerto hace 30 años en la isla Georgia del Sur. Sus familiares no logran el permiso para poder visitar su tumba.
«Nuestra abuela se murió esperando». Es la primera frase que dijeron a este cronista los hijos -ya adultos- del suboficial de la Armada Argentina Félix Artuso, integrante de la tripulación del submarino Santa Fe, el único veterano sepultado en el cementerio de Grytviken en la isla Georgia del Sur.

En 30 años el Estado nunca nos dio la oportunidad de llevar una flor y llorar ante los restos de nuestro padre. «El año pasado falleció mi abuela, se llevó la esperanza con ella, ahora está en el cielo con mi papá», dice con tristeza Karina junto a Cristian y Carolina, los tres hijos del suboficial Artuso, residentes en la ciudad de Mar del Plata. La peregrinación de los Artuso, encabezada por su viuda, Alicia Haydée Ojea Do Campo, por despachos oficiales, comenzó desde el primer instante en que conocieron el desenlace fatal, aquel 26 de abril de 1982.

Con el paso de los años y sin resultados las fuerzas flaquean, pero sus hijos Karina, Carolina y Cristian más 9 nietos, empujan el destino para que alguien en el Gobierno escuche el reclamo. En mayo de 1998 enviaron una petición por escrito a la Armada y al Ministerio de Defensa para visitar la tumba.

El 14 de julio de 1999 los cancilleres Guido Di Tella y Robin Cook firmaron el acuerdo que permitió el restablecimiento de las comunicaciones con las islas. Entre los puntos convenidos estaba la realización de viajes humanitarios de los deudos a las tumbas donde yacen los restos de los veteranos caídos en combate. La Cancillería es el órgano encargado de gestionar y efectuar los arreglos con su contraparte británica. Así se cumplieron viajes humanitarios en repetidas oportunidades pero sólo al cementerio de Darwin, en Malvinas.

Los deudos de Artuso creyeron que esa nueva herramienta bilateral humanitaria daría solución a sus reclamos y por fin verían la cruz que jalona la tumba en Grytviken. Nunca se consideró, es el único caso de un caído en otra isla (Georgias) que junto a las Sandwich del Sur forma parte del reclamo soberano del país.

La respuesta por la negativa la tuvieron por escrito un día después de la Navidad, el 26 de diciembre de 2000, cuando Joaquín Stella ejercía el comando de la Armada. La nota está firmada por el entonces secretario general naval contraalmirante Agustín Tebaldi. En el párrafo central dice: ... «comunico que se formalizaron reuniones en la Dirección de Malvinas y Atlántico sur del Ministerio de Relaciones Exteriores donde el señor consejero Rossi por especial encargo de la señora ministra Silvia Merega, se encargó de realizar las acciones tendientes a concretar la visita al cementerio de Grytviken, las cuales luego de múltiples tratativas con diferentes organismos estatales, concluyeron con el resultado de que no están dadas las condiciones, por ahora, que permitan hacer efectivo el traslado de personas a dicha necrópolis».

Karina y Carolina trabajan como personal civil en la Base Naval de Mar del Plata, desde allí insistieron por la vía administrativa y también enviaron una carta a la Presidencia en 2006, en la que notificaban de su intención de plantear un reclamo judicial al Reino Unido por la muerte de su padre, que consideran se produjo violando la Convención de Ginebra que rige el trato de prisioneros.

La entonces ministra de Defensa, Nilda Garré comisionó el caso a la asesora en el área de derechos humanos, Natalia Federman, ironías de la vida, esta funcionaria tiene ciudadanía doble: argentino-británica y en la actualidad presta servicios en el Ministerio de Seguridad. La asesora, hija del exvocero de la embajada británica en Buenos Aires, Andrés Federman, entregó a los Artuso un legajo completo de su padre con copia del sumario. La Armada consignó erróneamente que el fallecimiento de Artuso se produjo el 28 de abril cuando en realidad el hecho que lo llevó a la muerte ocurrió el 26 de abril. El yerro a la fecha no se corrigió, en la página de efemérides de la Marina se lee: «Queda establecido como el Día del Maquinista de la Armada el 28 de abril, oportunidad en que se produjo la muerte del Suboficial Primero maquinista Félix Oscar Artuso, con motivo del conflicto por la recuperación de nuestras islas Malvinas».

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