8 de mayo 2012 - 12:35

Interna provoca reclamo récord en paritarias: 40%

Es lo que exige la «izquierda dura» en gremio de alimentos. El jueves, elecciones históricas en el sindicato

Rodolfo Daer
Rodolfo Daer
Los empresarios de la alimentación están alarmados. La interna gremial dentro del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA) llevó el reclamo de aumento salarial del sector a un nuevo récord para este año: un 40%. El porcentaje es muy lejano al que por estos días el representante de los privados, Daniel Funes de Rioja, de la COPAL, presentó en sociedad y que se ubica, en el mejor de los casos, en un 15%. Las partes comenzarán formalmente en las próximas horas las negociaciones, pero como se ve, el acuerdo en este sector está más cerca de una confrontación dura que de un arreglo.

Se trata de un gremio más que conflictivo, que en los últimos años se caracterizó por cortes, movilizaciones y paros de actividades de alto nivel problemático. Esto pese a que se trata de parte de los trabajadores industriales que en los últimos tiempos más incrementos salariales tuvieron, llegando a un alza de más del 120% desde 2005. De hecho, el año pasado, el alza de sueldos de los empleados de empresas de alimentos tuvieron incrementos del 35%, ubicándose al tope de las retribuciones salariales de toda la grilla laboral, junto con, por ejemplo, los gastronómicos de Luis Barrionuevo.

Los empresarios confían en esperar al viernes para comenzar seriamente las negociaciones con el STIA. Para esto esperarán a que se resuelva el próximo jueves 10 de mayo uno de los capítulos más importantes de las disputas gremiales desde el retorno a la democracia en 1983. Por primera vez en décadas, y en elecciones directas y democráticas, una agrupación de izquierda dura (la lista Bordó) podría arrebatarle, o al menos acercarse seriamente, a la conducción del gremio que desde hace 28 años maneja Rodolfo Daer. Este histórico sindicalista, extitular de la CGT que en los 90 se enfrentó a Hugo Moyano, ahora milita entre los gordos que apoyan al metalúrgico Antonio Caló para desbancar al camionero. El destino quiso que sea además el primer sindicalista ortodoxo peronista que seriamente tenga que enfrentar al enemigo más peligroso de su clase política: las comisiones internas de izquierda dura en grandes empresas. Fruto de la crisis de 1999, fueron formándose en algunas de las plantas industriales de alimentos más importantes del país representaciones sindicales por fuera de los centros gremiales cegetistas, que con el tiempo lograron imponerse dentro de las fábricas y luego saltaron a inscribirse como frentes gremiales. No hay otro gremio como en el STIA donde esta tendencia se haya convertido en más importante, especialmente después de las movilizaciones, paros, enfrentamientos y cortes de la Panamericana de Kraft en 2009. Luego fueron sumándose las comisiones internas de Pepsico, Stani, Bonafide y Felfort, entre otras, que ahora intentarán el próximo jueves su gran salto de calidad: arrebatarle el gremio a Daer, conquistando así el primer sindicato importante de industriales privados para la izquierda dura. Ese día unos 6.000 afiliados (de más de 80.000 trabajadores de la industria, la mayoría no afiliados pero que igual tienen el 2% de descuento por el gremio) votarán en la sección Capital-Gran Buenos Aires, desafiando a la lista Verde de Daer por los próximos cuatro años.

Hasta 2011, la amenaza de una victoria en la conducción del gremio fue uno de los principales argumentos de Daer para que los privados acepten aumentos salariales por encima del nivel general. Así se aceptó el año pasado el 35%, superando el promedio del 24% general de las paritarias. Según la Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios (COPAL), un incremento de este tipo (cualquier suba de más del 20%) sería imposible de sostener, teniendo en cuenta los bajísimos márgenes actuales de rentabilidad en una economía en disminución en su nivel de actividad.

En la actualidad, el sueldo básico se encuentra en $ 4.000 mensuales.

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