10 de mayo 2012 - 00:00

Violencia en La Paz agravó el conflicto de Evo con sindicatos

Las marchas en La Paz cercaron ayer la Plaza Murillo. Los manifestantes arrojaron «cachorros» de dinamita y las esquirlas hirieron a varios policías.
Las marchas en La Paz cercaron ayer la Plaza Murillo. Los manifestantes arrojaron «cachorros» de dinamita y las esquirlas hirieron a varios policías.
La Paz - Sin tregua entre el Gobierno de Evo Morales y algunos sindicatos y movimientos sociales que llevan a cabo su séptima semana de reclamos, la protesta de ayer derivó en serios enfrentamientos en La Paz, cerca del palacio presidencial, lo que elevó aún más la temperatura del conflicto.

Mientras marchaban los opositores en La Paz, en el primer día de una huelga de 72 horas, miles de partidarios de Evo Morales se movilizaban en la ciudad de Cochabamba.

Los mayores desórdenes se vivieron en la capital, donde miles de manifestantes, sobre todo universitarios y médicos con guardapolvos blancos, intentaron entrar por la fuerza a la plaza Murillo, donde están los palacios de Gobierno y del Poder Legislativo. Algunos manifestantes lanzaron cartuchos de dinamita medianos, en Bolivia llamados «cachorros», contra las barricadas de agentes antidisturbios, que respondieron con gases lacrimógenos. Según medios locales, hubo universitarios heridos y desmayados por las cargas de gas.

El viceministro del Interior, Jorge Pérez, dijo que varios policías fueron lesionados por esquirlas de las cargas de dinamita, que incluso afectaron seriamente a un fotógrafo en la pierna.

Aparte de los incidentes violentos y los bloqueos de vías en varias ciudades, la huelga general convocada por la Central Obrera Boliviana (COB), la mayor organización sindical del país aunque con escasa representatividad, tuvo poco acatamiento.

Estribillos

La huelga fue cumplida por trabajadores de la salud pública, que llevan siete semanas de paro contra un decreto de Morales que aumenta de 6 a 8 horas su jornada laboral, y por estudiantes, docentes y administrativos de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y la Universidad Pública de El Alto (UPEA), pero no afectó a la mayoría de los sectores productivos. «¡Evo decía que todo cambiaría!, ¡mentira, mentira, la misma porquería!», fueron algunos estribillos de repudio a Morales.

Fue más contundente, según el Gobierno, el paro de transportes que paralizó totalmente el lunes y el martes La Paz y la vecina ciudad de El Alto, también con incidentes violentos. En ese caso, la huelga de dueños de colectivos es apoyada por el Gobierno nacional, y fue en contra de un intento regulatorio de rutas, horarios y condiciones laborales de la municipalidad de La Paz, en manos del opositor Luis Revilla.

Exigencia

Los sindicatos opositores exigen a Morales un aumento salarial general superior al 8% que decretó el pasado día 1, cuando además nacionalizó una empresa de transporte de electricidad que estaba en manos de Red Eléctrica de España, y le piden que tome en cuenta lo que llaman «canasta básica familiar», que calculan en 1.192 dólares mensuales, igual a ocho salarios mínimos. La inflación de 2009 en Bolivia fue del 6,9%.

El salario medio de Bolivia, uno de los menores de América, subirá con ese decreto de 546 a 590 dólares al mes, mientras que el mínimo legal aumentará el 22%, hasta u$s 145. Además, el Gobierno argumenta que la inversión pública se multiplicó por cuatro desde los u$s 600 millones previos a Morales.

Los choques de ayer en La Paz ocurrieron poco después de que el secretario de Estado español de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Jesús Gracia, abandonara la plaza Murillo tras entrevistarse allí con el canciller boliviano, David Choquehuanca. Gracia llegó a La Paz para reclamar el monto indemnizatorio a la firma Red Eléctrica de España, cuya concesión fue revocada por falta de inversión, según el presidente.

Entretanto, decenas de miles de partidarios de Morales, encabezados por productores de hoja de coca, sobre todo del feudo político del mandatario en el Chapare, marcharon en la ciudad central de Cochabamba para respaldarlo frente a la oleada de conflictos que le acosan desde marzo. Cocaleros, campesinos y empleados estatales portaron pancartas contra los indígenas que rechazan una ruta en el parque natural Tipnis, en la Amazonia, y contra el sector sanitario. La consigna de la convocatoria fue «en defensa de la democracia y en apoyo al proceso de cambio y al presidente Evo Morales».

En la andina y sureña Potosí, estudiantes de Medicina detonaron cargas de dinamita en la puerta principal de la gobernación, controlada por el oficialismo, y destrozaron ventanales y balcones del edificio. En Santa Cruz de la Sierra, la capital departamental más próspera de Bolivia, un grupo de médicos bloqueó el ingreso al aeropuerto internacional de Viru Viru y cerró las rutas que conducen hacia la Argentina.

El mandatario anunció la semana pasada la suspensión del aumento de la jornada laboral del sector salud, pero no convenció a los sectores movilizados, que desconfían.

Agencias EFE, AFP, ANSA y DPA,

y Ámbito Financiero

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