En el caso de los docentes, la pretensión incluye en los casos más radicalizados advertencias en torno a la posibilidad de que no se reanuden las clases tras el receso invernal.
Es una postal previsible en algunos distritos, donde la negociación de comienzos de año -que derivó en una recomposición salarial que se aplica en general desde marzo- contempló promesas de volverse a sentar a la mesa después de junio.
En esa línea, algunos mandatarios -como los de La Rioja, La Pampa y Corrientes- ya destrabaron el anuncio de una segunda recomposición de sueldo en lo que va del año. Otros -como el de Mendoza- rechazaron esa posibilidad de plano.
Consignas
Parte de estas consignas serán retomadas por los gremios hoy, en el marco del paro nacional dispuesto por la CTA opositora, que lidera Pablo Micheli, en reclamo de la modificación del tributo a las Ganancias, el fin de los topes a las asignaciones familiares y un salario mínimo de 5 mil pesos, entre otros planteos.
La redoblada presión complica a los Ejecutivos provinciales, en medio de las urgencias de cuentas profundizadas por la desaceleración de los ingresos por coparticipación y de las recaudaciones locales promedio.
Por eso, mandatarios y ministros pidieron cautela.
«Se va a respetar la pauta nacional, ya que es la única forma que tenemos de pedir los fondos necesarios al Gobierno nacional, independientemente de la merma en la recaudación provincial», afirmó el jujeño Eduardo Fellner.
«Para el segundo semestre lo vamos a conversar en agosto, naturalmente dentro de las facultades que yo tengo, que es viendo cómo se den los ingresos del Estado», sostuvo el gobernador pampeano, Oscar Jorge.
«No se habló de porcentajes porque eso queda supeditado a la evolución de los ingresos fiscales públicos, que serán determinados en el transcurso de junio», coincidió el ministro de Salud de Chaco, Francisco Baquero.
Veamos algunas instantáneas del terreno gremial que enfrentan los gobernadores:
Acuerdo
Según la dirigente, el último acuerdo salarial «se licuó» producto de la inflación, y del impacto del Impuesto a las Ganancias y de los topes en el pago de las asignaciones familiares.
En esa línea, Petrocini volvió a pedir que «se elimine» la «cuarta categoría» de la tabla para el cálculo del pago de Ganancias.
Los reclamos del sector por este tributo nacional y por las asignaciones familiares ya fueron elevados a los ministros de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada, y de Buenos Aires, Oscar Cuartango, respectivamente.
En febrero, los maestros de la provincia de Buenos Aires sellaron con el mandatario justicialista, Daniel Scioli, un incremento salarial del 20,8%.
El planteo de reapertura de paritarias también emanó desde las filas de ATE, que ya desplegó incluso medidas de fuerza en los sectores de la administración pública, de la salud y de la educación.
Según el secretario general de ATE local, Oscar de Isasi, «desde el cierre de las discusiones anteriores, rápidamente ha quedado demostrada la necesidad de discutir una nueva mejora en los salarios para la última parte del año, porque está claro que el proceso inflacionario lo ha degradado cada vez más».
«Le estamos pidiendo al Gobierno que convoque a una paritaria salarial urgente para que nos sentemos a dialogar sobre temas clave: aumento de sueldo para el segundo semestre, adicionales que se acordaron en agosto del año pasado que todavía no se pagan, horas cátedra y asignaciones familiares que no se están reflejando en los bonos de sueldo», precisó el titular del SUTE, Javier Guevara.
Sin embargo, Pérez fue tajante: «Es absolutamente imposible, salvo que se paguen los sueldos en bonos o que se dividan los pagos en semanas, como se hace en algunas provincias hoy», contestó.
En febrero pasado, los maestros mendocinos cosecharon un incremento de cerca del 25%, y ahora miran con recelo el aumento que acordó el sector de la salud con el Ejecutivo.
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