11 de noviembre 2013 - 15:57

Del Potro modelo 2013: altibajos y objetivo cumplido

Del Potro finalizó el año en el quinto escalón del ranking ATP.
Del Potro finalizó el año en el quinto escalón del ranking ATP.
La final de la Copa Davis de este fin de semana va a ser el broche de oro a la temporada 2013 de tenis. Los checos intentarán retener la Ensaladera en Belgrado, frente a los serbios. Fue un año marcado por el regreso arrollador de Rafael Nadal, en el que Juan Martín Del Potro recuperó su lugar entre los mejores, objetivo que se propuso a fines de 2012, cuando renunció a jugar el máximo torneo por países para centrarse en su desempeño como singlista.

Al mirar para atrás, lo más destacable en la temporada de la "Torre" tiene dos puntos primordiales. En primer lugar, cambió ciertas cosas en su juego que lo hicieron un rival de fuste para cualquiera. El empleo de golpes paralelos que le faltaban, el servicio como estandarte y la aparición de una defensa férrea le cambiaron el panorama. Además, fue la primera vez que le ganó a Nadal, Roger Federer, Novak Djokovic, David Ferrer y Andy Murray en una misma temporada siendo el único tenista que obtuvo triunfos sobre los cinco en 2013.

Su año arrancó con un paso en falso: perdió en la tercera ronda del Abierto de Australia ante el francés Jeremy Chardy en cinco sets, superado con claridad por su rival. Un mes después se coronaba en el ATP 500 de Rotterdam, pero a la semana siguiente perdía en cuartos de Marsella ya con evidentes problemas físicos.

Habiendo alcanzado semis en Dubai (perdió ante Djokovic) y final en Indian Wells, primer Masters 1000 del año (cayó con Nadal), la proyección avizoraba un 2013 prometedor. Pero entonces empezó a sufrir una seguidilla de serios problemas.

Después de un debut para el olvido en el M1000 de Miami, ante el alemán Tobías Kamke, un cuadro virósico lo afectó en su respiración y en el aparato digestivo. Tuvo de una muy mala presentación en Montecarlo (perdió en tercera ante Jarkko Nieminen) y se vio forzado a bajarse del Abierto de Portugal, donde era bicampeón.

El virus no le permitió estar en el Masters de Madrid, pero sí lo dejó presentarse en Roma, donde cayó en tercera ante el galo Benoit Paire. En la capital italiana se dio el gusto de conocer al papa Francisco, pero los buenos momentos culminaron allí. Sus problemas de salud lo obligaron a volver a Buenos Aires para recuperarse, impidiéndole jugar Roland Garros. Otro traspié en un Grand Slam, el segundo del año.

Por su falta de actividad, descendió un puesto en el ranking. Entonces empezó el nuevo semestre y los vientos soplaron de otra forma. Del Potro perdió en cuartos de Quenn's ante Lleyton Hewitt y de allí viajó a Wimbledon, donde en julio del año pasado había ganado la medalla de bronce olímpica.

El Grand Slam londinense fue el punto alto de la temporada para el tandilense. Derrotó a Ferrer después de más de cuatro años y presentó cartas de batalla ante Djokovic, que todavía reinaba en la ATP. Fue un duelo colosal que se definió en el quinto por pocas pelotas acertadas por el serbio, que pagó su esfuerzo y no tuvo reacción en la final. Esa semi fue su mejor resultado en el césped del All England, superficie que siempre le costó.

"Delpo" encaró de otra forma el circuito a partir de la experiencia inglesa. En su tercer partido sufrió una caída y un golpe en la rodilla izquierda que lo obligaron a parar unas semanas. Este contratiempo, lo llevó a dosificar los torneos por decisión propia.

Obtuvo 500 puntos por ganar en Washington, donde aparecieron otra vez los dolores en la muñeca izquierda. Le molestaba pegar de revés, lo que lo obligó a usar el slice como recurso, golpe que acuñó y comenzó a utilizar más a menudo en su repertorio.

Las dolencias lo complicaron en el Masters de Montreal (segunda ronda, ante Milos Raonic) y en el de Cincinnati, donde perdió en semis ante John Isner en un duelo que se le fue de las manos... por la mano.

Ya en Nueva York, aparecía como candidato tangible para ganar el US Open, aun con los dolores que todavía tenía en la muñeca. Debutó ante Guillermo García-López con una victoria opaca y se derrumbó ante Hewitt, contra quien perdió en el quinto parcial de un partido muy deslucido para el mejor argentino del momento.

Otra vez el parate por dolencias lo terminó beneficiando al campeón en Flushing Meadows en 2009, porque viajó a Asia con nuevos objetivos y los cumplió. Regresó con un título en el 500 de Tokio y brilló en Shanghái. Estuvo cerca de quedarse con su primer M1000 en la final ante Djokovic y un día antes pasó por arriba a Nadal a pura potencia y agresividad. El título le sirvió para llegar a la meta: reinstalarse en el top cinco mundial.

La tierra de Roger Federer, Basilea, le significó el cuarto campeonato del año, defendiendo el de 2012, incluyendo la victoria sobre el hijo pródigo en la final. Sin embargo, el suizo lo derrotó en cuartos de París, donde comenzó a tener chances concreta de ser número 3 del mundo.

Ya no iba a ser 4 por la pequeñísima diferencia entre Murray y Ferrer. El español debía defender el título en Francia, por lo que si la "Torre" era campeón, le arrebataba el tercer puesto. Y casi idéntico era el escenario en el Masters de Londres. El valenciano se fue sin victorias, por lo que ser finalista le alcanzaba a Del Potro para ser 3. Otra vez, Federer se lo negó.

Cuatro títulos, mínimos cambios en su juego que lo hicieron un jugar más completo y el retorno definitivo a las mejores ubicaciones del ranking, como puntos más altos. Tal como dijo el propio Del Potro, el balance es positivo, aunque la balanza se inclinó en el segundo semestre.

¿Qué pasará en 2014? Por ahora la "Torre" sólo deslizó que jugará la gira europea post Australian Open. Pero una breve proyección podría arrojar que Del Potro tiene todo para pelear incluso más arriba.

En el inicio de la temporada, Ferrer tiene que defender 360 puntos de Doha y Auckland, más 720 de la semifinal de Australia. La diferencia con el argentino, cuando cierre este año, será de sólo 545 unidades.

Tanto en el Grand Slam australiano, como en Roland Garros y el US Open, Del Potro tendrá casi todo para sumar. Entre estos tres torneo sólo recaudó 135 puntos. Además, tiene cinco de los nueve Masters 1000 para hacer una sumatoria importante. Aunque este año logró cuatro copas y dos finales en la serie de Maestros, los altibajos le abren el panorama en concreto para el 2014.

Es temprano aventurarse a una posible lucha por el número 1 del mundo. Tras la final del Masters de Londres, quedó a 6855 de Djokovic y a 7775 de Nadal. Ambos, en especial el español, deberán revalidar gran cantidad de logros el año que viene, pero mucho correrá por cuenta de Del Potro.

Si el tandilense concreta una actuación destacada en Australia, eso le permitirá acomodarse mejor en el ranking y en los cuadros de los torneos. Ya es un rival que nadie quiere tener en su camino, porque le puede ganar a cualquiera. Dependerá de él tener la decisión y notar que él mismo es uno de los candidatos en cada ciudad que visita.

La incógnita final para el año que viene será la Copa Davis. En las últimas conferencias del año no despejó dudas. No confirmó ni su regreso, ni su nueva ausencia. Adelantó que evaluará su calendario tras las vacaciones. El estadio en Mar del Plata se decidirá en función de su respuesta. Así como el número 3 del mundo lo espera, también lo hace un equipo.

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