5 de abril 2014 - 18:31

Un documental sostiene que la esposa de Hitler tenía ascendencia judía

Braun y Hitler contrajeron matrimonio un día antes del fatídico final de ambos.
Braun y Hitler contrajeron matrimonio un día antes del fatídico final de ambos.
Un cepillo para el pelo podría develar la verdad sobre Eva Braun: la joven compañera de Adolf Hitler, casada con el Führer el día anterior al suicidio de la pareja en el bunker de Berlín, sobre su origen judío.

La hipótesis, en un segundo plano hoy ofrecida por un documental de la televisión británica Channel 4, se basaría en un análisis del ADN de los cabellos hallados en un cepillo para el pelo, en la residencia de Berqhof, una localidad montañosa de
Obersalzberg.

Se trata de la casa en la que Eva Braun transcurrió la mayor parte del tiempo, durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945): el nido "romántico" en el que la novia y posterior esposa probó transmitir una imagen idílica de la vida privada del dictador nazi, el hombre que en nombre de una irreductible ideología racista se hizo responsable del exterminio de seis millones de judíos.

En los cabellos hallados en el "chalet" los investigadores individualizaron -puntualiza Channel 4- una secuencia de ADN "fuertemente asociada" a los judíos asquenazis que representan alrededor del 80% de la población judía. Y, en Alemania, numerosos asquenazis se convirtieron al cristianismo en el siglo siglo XIX.

"Se trata de un descubrimiento desconcertante. Nunca hubiera imaginado que se podría llegar a un resultado tan extraordinario", comentó Mark Evans, el moderador de "The dead famous DNA' de Channel 4.

Según los autores de la investigación, para confirmar en un 100% esta hipótesis se debería paragonar el ADN de Braun con el de sus dos descendientes aún vivos, que hasta el momento rechazan someterse al test.

Eva Braun (1912-1945) transcurrió junto a Adolf Hitler los últimos 14 años de su breve vida. La idea de la mujer superficial, apolítica, desinteresada, que se tiene generalmente de la compañera del dictador, fue revisada por la biógrafa Heike B. Goertmaker, para quien esta mujer tuvo un rol de complicidad más importante de lo que el régimen la mostró, con los crímenes cometidos por el hombre que por años veneró como a un Dios: habría participado, por ejemplo, en la maquinaria propagandística del dictador, filmándolo y fotografiándolo en la vida privada justamente para mostrar al mundo una imagen de un hombre familiar. 

Respecto al antisemitismo del Fhrer no habrían, después de todo, emergido -según la historiadora afirmó en una vieja entrevista al Sueddeutsche Zeitung- elementos en grado de poder reconstruir un hipotético punto de vista autónomo: "Junto a Hitler existía una caza a los traidores y se esperaba la fidelidad de los otros hasta la muerte. Empero, de esto no se deduce en un modo directo" una explícita adhesión al antisemitismo", sostiene la biógrafa.

Que Eva Braun fuera antisemita se da por descontado por gran parte de los historiadores del nazismo: "Está claro -comentó uno de ellos- que compartió sin reservas la visión de Hitler". Y con ésta, intrínsecamente el feroz "odio hacia los judíos".

Asquenazí es el nombre dado a los judíos de origen europeo que se asentaron en la Europa central y oriental, principalmente en Alemania, Polonia, Ucrania, Rumania, Rusia y otros países de Europa Oriental.

El nombre proviene porque esa zona de Europa -que hoy incluye a Alemania- era llamada precisamente por los judíos medievales "Askenaz", después de la invasión romana de Jerusalén, bajo el reinado de Tito Flavio Vespasiano (70 d.C).

Son los descendientes de las comunidades judías medievales establecidas a lo largo del Rin, desde Alsacia, al sur, hasta Renania, en el norte.

Asquenazí o judío asquenazí significa literalmente judío alemán.

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