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Francisco: "El mundo está en guerra, pero no en una guerra de religiones"
"No tengan miedo y cumplan con su deber que es hacer lío toda la noche", parafraseó del recordado "hagan lío" de la última JMJ de Río en 2013, y tras mostrarse confiado en que los jóvenes reunidos en Polonia puedan "aportar algo de esperanza en este momento".
Francisco llegó al aeropuerto Juan Pablo II de Cracovia a las 16 locales (11 de Argentina) y en el primer discurso de los diez que dará durante su visita de cinco días, el Obispo de Roma recordó al Santo polaco y pidió "solidaridad" para gestionar la migración.
"Todas las actividades están implicadas: la economía, la relación con el medio ambiente y el modo mismo de gestionar el complejo fenómeno de la emigración", aseveró el Pontífice ante las autoridades polacas en el Complejo Wavel.
El fenómeno "requiere un suplemento de sabiduría y misericordia para superar los temores y hacer el mayor bien posible", agregó frente al presidente Andrzej Duda, quien mantiene posturas de fronteras cerradas para los migrantes y sufre una fuerte emigración de la población polaca hacia los países del oeste europeo.
"Se han de identificar las causas de la emigración en Polonia, dando facilidades a los que desean regresar", pidió también Francisco en el que fue su primer discurso en el país, donde visitará, en la mañana del viernes 29, el campo de exterminio nazi de Auschwitz.
"Al mismo tiempo, hace falta disponibilidad para acoger a los que huyen de las guerras y del hambre; solidaridad con los que están privados de sus derechos fundamentales, incluido el de profesar libremente y con seguridad la propia fe", pidió Francisco, quien antes de abordar el vuelo que lo llevó a Polonia saludó en la residencia de Santa Marta a un grupo de 15 jóvenes migrantes.
En esa línea, pidió a las autoridades polacas que soliciten "colaboraciones y sinergias internacionales para encontrar soluciones a los conflictos y las guerras, que obligan a muchas personas a abandonar sus hogares y patria".
"Se trata, pues, de hacer todo lo posible por aliviar sus sufrimientos, sin cansarse de trabajar con inteligencia y continuidad por la justicia y la paz, dando testimonio con los hechos de los valores humanos y cristianos", pidió el sucesor de Pedro.
En las últimas semanas, Polonia volvió a cargar contra la política de acogida de migrantes que reclama el Papa, en línea con el rechazo del año pasado a los compromisos con la Unión Europea para la acogida de migrantes y refugiados.
Además de su pedido por los migrantes, Francisco resaltó la figura de Juan Pablo II, omnipresente en una Cracovia donde el papa polaco y el argentino comparten gigantografías en cada esquina.
"Es la primera vez que visito la Europa centro-oriental y me alegra comenzar por Polonia, que ha tenido entre sus hijos al inolvidable san Juan Pablo II, creado y promotor de las Jornadas Mundiales de la Juventud", agregó Francisco.
"El pueblo polaco también se caracteriza por la memoria", saludó Francisco antes de volver a recordar a Wojtyla, por quien dijo sentirse "impresionado" por su "agudo sentido de la historia".
El Pontífice también mantuvo un encuentro privado con los obispos polacos en la catedral de Cracovia, en el que le transmitieron sus preocupaciones sobre el recibimiento de refugiados y la secularización o "descristianización" de Europa, tal cual la definió el Pontífice.
Mañana, Francisco visitará el Santuario de la Madonna negra de Czestochowa, a unos 100 kilómetros de Cracovia.
Luego ofrecerá una misa por los 1050 años del bautismo de Polonia y luego tendrá su primer encuentro formal con jóvenes que participan de la JMJ, tras recibir las llaves de Cracovia y llegar al céntrico parque de Blonia en un tranvía eléctrico junto a autoridades y jóvenes discapacitados.
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