27 de julio 2016 - 08:30

Francisco: "El mundo está en guerra, pero no en una guerra de religiones"

Francisco saludó a los fieles en las calles de la ciudad polaca de Cracovia.
Francisco saludó a los fieles en las calles de la ciudad polaca de Cracovia.
El papa Francisco denunció que "el mundo está en guerra" pero que "todas las religiones quieren la paz"; al tiempo que pidió "solidaridad" y "superar los temores" para gestionar el "fenómeno migratorio", al hablar con periodistas en su primer día de visita a Polonia.

"No tenemos miedo de decir esta verdad: el mundo está en guerra, porque ha perdido la paz. Cuando hablo de guerra hablo de guerra en serio, no de guerra de religiones", dijo el Pontífice a corresponsales que lo acompañaron en el transporte aéreo desde Roma, entre ellos un enviado de Télam.

"Guerra de intereses, guerra por el dinero, por los recursos de la naturaleza, por el dominio de los pueblos. Estos son los motivos. Todas las religiones quieren la paz, las guerras las quieren otros", sostuvo el Pontífice, tras saludar a los medios y condenar el asesinato cometido ayer en Francia contra un sacerdote.

"Decimos hace tiempo que el mundo está en una guerra en partes. Después de la del 14, de la del 45, ahora esta, que quizás no es tan orgánica, pero sí organizada", aseveró en esa dirección antes de llegar a Cracovia para participar de la XXXI Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), para la que llegaron más de 5.000 argentinos.

En una ciudad colmada de jóvenes, con cerca de 350.000 inscriptos para la JMJ, Francisco tuvo en la noche polaca su primer encuentro con los fieles desde la "ventana papal" del arzobispado, sitio en el que vivió un joven Juan Pablo II entre 1964 y 1978, donde recordó a un voluntario fallecido en julio pasado, Maciej Ciesla.

"No tengan miedo y cumplan con su deber que es hacer lío toda la noche", parafraseó del recordado "hagan lío" de la última JMJ de Río en 2013, y tras mostrarse confiado en que los jóvenes reunidos en Polonia puedan "aportar algo de esperanza en este momento".

Francisco llegó al aeropuerto Juan Pablo II de Cracovia a las 16 locales (11 de Argentina) y en el primer discurso de los diez que dará durante su visita de cinco días, el Obispo de Roma recordó al Santo polaco y pidió "solidaridad" para gestionar la migración.

"Todas las actividades están implicadas: la economía, la relación con el medio ambiente y el modo mismo de gestionar el complejo fenómeno de la emigración", aseveró el Pontífice ante las autoridades polacas en el Complejo Wavel.

El fenómeno "requiere un suplemento de sabiduría y misericordia para superar los temores y hacer el mayor bien posible", agregó frente al presidente Andrzej Duda, quien mantiene posturas de fronteras cerradas para los migrantes y sufre una fuerte emigración de la población polaca hacia los países del oeste europeo.

"Se han de identificar las causas de la emigración en Polonia, dando facilidades a los que desean regresar", pidió también Francisco en el que fue su primer discurso en el país, donde visitará, en la mañana del viernes 29, el campo de exterminio nazi de Auschwitz.

"Al mismo tiempo, hace falta disponibilidad para acoger a los que huyen de las guerras y del hambre; solidaridad con los que están privados de sus derechos fundamentales, incluido el de profesar libremente y con seguridad la propia fe", pidió Francisco, quien antes de abordar el vuelo que lo llevó a Polonia saludó en la residencia de Santa Marta a un grupo de 15 jóvenes migrantes.

En esa línea, pidió a las autoridades polacas que soliciten "colaboraciones y sinergias internacionales para encontrar soluciones a los conflictos y las guerras, que obligan a muchas personas a abandonar sus hogares y patria".

"Se trata, pues, de hacer todo lo posible por aliviar sus sufrimientos, sin cansarse de trabajar con inteligencia y continuidad por la justicia y la paz, dando testimonio con los hechos de los valores humanos y cristianos", pidió el sucesor de Pedro.

En las últimas semanas, Polonia volvió a cargar contra la política de acogida de migrantes que reclama el Papa, en línea con el rechazo del año pasado a los compromisos con la Unión Europea para la acogida de migrantes y refugiados.

Además de su pedido por los migrantes, Francisco resaltó la figura de Juan Pablo II, omnipresente en una Cracovia donde el papa polaco y el argentino comparten gigantografías en cada esquina.

"Es la primera vez que visito la Europa centro-oriental y me alegra comenzar por Polonia, que ha tenido entre sus hijos al inolvidable san Juan Pablo II, creado y promotor de las Jornadas Mundiales de la Juventud", agregó Francisco.

"El pueblo polaco también se caracteriza por la memoria", saludó Francisco antes de volver a recordar a Wojtyla, por quien dijo sentirse "impresionado" por su "agudo sentido de la historia".

El Pontífice también mantuvo un encuentro privado con los obispos polacos en la catedral de Cracovia, en el que le transmitieron sus preocupaciones sobre el recibimiento de refugiados y la secularización o "descristianización" de Europa, tal cual la definió el Pontífice.

Mañana, Francisco visitará el Santuario de la Madonna negra de Czestochowa, a unos 100 kilómetros de Cracovia.

Luego ofrecerá una misa por los 1050 años del bautismo de Polonia y luego tendrá su primer encuentro formal con jóvenes que participan de la JMJ, tras recibir las llaves de Cracovia y llegar al céntrico parque de Blonia en un tranvía eléctrico junto a autoridades y jóvenes discapacitados.

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