25 de octubre 2016 - 23:16

Argentina, invitada tardía (y cara) de la alicaída ARCO

• EL MINISTERIO DE CULTURA ESTIMA INVERTIR 2 MILLONES DE EUROS PARA LLEVAR ARTE A LA FERIA ESPAÑOLA
Justo cuando la feria madrileña deja de ser la vidriera de alta exposición de artistas y galerías, y habiendo sido ignorado sistemáticamente, nuestro país prevé fuertes gastos para participar como invitado de ARCO 2017. La visita de Mauricio Macri a España podría coincidir con la fiesta que prepara el Ministerio de Cultura.

Liliana Porter. La artista argentina, ligada a España, junto a los reyes en ARCO 2015.
Liliana Porter. La artista argentina, ligada a España, junto a los reyes en ARCO 2015.
¿Dos millones de euros para llevar 12 galerías argentinas a la feria ARCO de Madrid? La cifra estimada por el Ministerio de Cultura financiará no solo los gastos de las galerías y su propio stand, sino además, simultáneamente, en febrero de 2017, un amplio programa de exhibiciones paralelas. Si las agendas de la política coinciden, el presidente Mauricio Macri inauguraría ARCO junto al rey de España, Felipe VI, y se movilizarían entonces los aportes de la Cámara Española de la República Argentina.

El ministro Pablo Avelluto viajó a la Feria del Libro de Frankfurt y su directora de prensa, Mercedes Funes, informa que los números definitivos recién se cerrarán en diciembre. Pero más allá de los límites al gasto en un país como nunca empobrecido, la inversión merece un análisis. Para comenzar: ¿es Madrid, como se creyó desde los años 80 hasta el nuevo siglo, la vidriera de alta visibilidad frecuentada por coleccionistas, críticos y curadores internacionales? Y, además, dada la magnitud que adquirió el proyecto, ¿es arteBA, "entidad asociada al Ministerio", la institución indicada para planificar una presentación que acaso excede su capacidad organizativa?

El mundo ha pegado un giro gigantesco y la Argentina que hoy es el país invitado de ARCO, hubiera agradecido la distinción hace diez años. "Ahora le hacemos un favor a ARCO", señala un entendido sin rodeos. Generosamente financiada por el estado español, la feria se planeó para relacionarse con las naciones poderosas, no para conquistar a una América empobrecida y sin oro. Al punto de que luego de dedicar ediciones a países como EE.UU., Gran Bretaña, Francia, Italia, Suiza, Bélgica, los Países Bajos y los de Europa del Este, invitaron a Latinoamérica entera, sin discriminar la diversidad. La corrección teórica implicó que Brasil fuera el siguiente invitado. Pero, en el año 2010, cuando se esperaba que eligieran a la Argentina porque, sencillamente, el mundo se había terminado, decidieron homenajear a la ciudad de Los Ángeles.

Los argentinos habían brindado ya la mar de atenciones, pero España se llevaba el mundo por delante y cuando tenía al Reino Unido como invitado con más de 40 galerías británicas, un grupo de coleccionistas de ARCO tuvo un gesto pintoresco: reclamó el pago de un cachet para venir a Buenos Aires, además de los gastos que estaban contemplados. "Era otra gestión", observan en arteBA con filosofía.

Una galería pionera en ARCO, Ruth Benzacar, marca con su trayectoria el fluctuar de este mercado: cuando consiguió ingresar en Art Basel dejó de ir a España; cuando varios de sus artistas (Liliana Porter, Macchi, Erlich, Villar Rojas, Siquier) ganaron fama y a la vez, galeristas en Europa y EE.UU. que los representan, dejó de ir a Basel. Los clientes europeos prefieren comprar las obras de los argentinos a las galerías amigas. ¿Alguien preguntó a los galeristas por qué les interesa ir a ARCO?

Al despuntar el siglo, Art Basel advirtió que en los centros saciados del Norte se buscaba la sangre fresca que abunda en el Sur y abrió su sede en Miami. A esta feria aspiran llegar los argentinos y varios ya cuentan con apoyo del Ministerio de Cultura. La paradoja es que los suizos auguran el fin de las ferias y trabajan para llevar su clientela a las ciudades. Así llegaron a Buenos Aires, le cobraron al Gobierno (se hablaría de 300.000 dólares) y la situaron primera en el programa. ¿Qué van a hacer? Es el gran interrogante. Conectarán a Buenos Aires con "el arte mundial a través de la amplia red de Art Basel" y ayudarán "a desarrollar sus paisajes culturales únicos".

Nueve galeristas porteños viajarán a Art Basel Miami o sus ferias paralelas en diciembre, y esperan ansiosos el encuentro con los nuevos amigos suizos y sus poderosos clientes.

La invitación de ARCO a la Argentina llegó a través de arteBA, institución que se atribuyó la selección del criterio curatorial de todo el proyecto de artes visuales. A cargo del extenso programa paralelo colocaron a Sonia Becce quien, entre otros antecedentes, es la mano derecha de Guillermo Kuitca y curadora de la muestra del artista en el Museo Reina Sofía de Madrid que llegó al Malba en el año 2003. Luego, la selección de las galerías y los artistas que llevará cada una fue encomendada a Inés Katzestein, directora de arte de la Universidad Torcuato Di Tella y curadora de la presentación de Kuitca en La Bienal de Venecia.

El Ministerio cuenta con el patrocinio de Aerolíneas Argentinas y los mayores costos -según informa el grupo Mass, contratado para el evento- se dividen entre "producción artística y seguros". El arte emergente casi no paga seguros, pero el plan es ambicioso. Es de esperar, sin embargo, que instituciones privadas involucradas en el programa contribuyan con los gastos y que el Malba financie el oneroso traslado de "Perspectiva", la muestra de Jorge Macchi presentada por el español Agustín Pérez Rubio en dicho Museo. Con un criterio abierto, el Fondo de las Artes convocó a los artistas argentinos para que se postulen en varios programas de becas en Madrid.

Aunque, desde luego y, como suele ocurrir, la selección de artistas y galerías no termina de conformar a todos, salvo los invitados. Si bien se privilegiaron galerías que a pesar de la crisis presentan exposiciones y desarrollan programas culturales, hay dos o tres que son tan sólo enclaves comerciales. Las elegidas son Barro, Cosmocosa, Del Infinito, Henrique Faría, Ignacio Liprandi, Isla Flotante, Jorge Mara, Mite, Nora Fisch, Ruth Benzacar, Slizmud y Vasari.

Finalmente, la abrumadora presencia de maestros, alumnos, ex alumnos y allegados de la siempre meritoria Universidad Di Tella, termina por colocar al Ministerio de Cultura en un lugar difícil.

Dejá tu comentario