17 de noviembre 2016 - 00:00

Lanza el Gobierno más facilidades a pymes

Oficialmente se intenta evitar que las pequeñas y medianas empresas se financien con sus propios proveedores.

Dentro de los 188 artículos incluidos en la nueva ley de mercado de capitales que llegará al Congreso en las próximas horas, aparecen cuatro que apuntan específicamente al financiamiento de las pymes, una de las obsesiones del Gobierno. Allí se dispone que las empresas tendrán veinte días como máximo para entregar un instrumento de pago a las empresas proveedoras. Así se busca evitar el alargamiento de la cadena de pagos y terminar con la práctica de financiarse con los proveedores, un verdadero "deporte nacional".

Según el texto, las compañías que reciben la factura tendrán un máximo de 20 días para entregar un cheque (obviamente puede ser de pago diferido) o algún otro tipo de documento que pueda ser descontado en el sistema financiero. Otra posibilidad es avanzar con la factura conformada, opción que en su momento se quiso instalar como instrumento de financiamiento.

"Con esto cerramos el círculo de medidas que apuntan a las pymes, incluyendo la posibilidad de tomar el 100% del impuesto al cheque a cuenta de Ganancias, la eliminación del Impuesto a la Ganancia Mínima Presunta y la posibilidad de diferir 90 días el pago del IVA", explicaron altas fuentes del Ministerio de la Producción, que estuvieron trabajando en estos artículos.

Obviamente la idea también es que los cheques puedan ser utilizados para conseguir financiamiento a través del mercado de capitales, una opción que viene creciendo fuerte en los últimos años.

Sin embargo, uno de los problemas recurrentes es que las compañías demoran en algunos casos varios meses para entregar un cheque a su proveedor, impidiendo que éste recurra luego al financiamiento para hacerse de los fondos. La línea de financiamiento productivo con tasas del 17%, vigente a estos niveles desde el 1 de noviembre, también facilita esta operatoria. Según dispuso el BCRA, los bancos pueden aplicar la totalidad de este fondeo compulsivo a capital de trabajo de las pequeñas empresas.

Las encuestas que se realizan entre el empresariado pyme arrojan por lo general que la principal forma de financiación no es el crédito bancario o el mercado de capitales, sino con fondos propios o especialmente a través de los proveedores. En épocas de baja actividad como la actual, la cadena de pagos se alarga y esos proveedores acaban solicitando un descubierto en el banco que termina costando mucho más caro. En cambio, la opción de tener a mano el cheque diferido les permite mayor flexibilidad y acceder a costos de capital sensiblemente más bajos.

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