9 de diciembre 2016 - 00:00

La apuesta al ahorro viene con riesgo operativo

Cada crisis, una oportunidad; se le atribuye la frase a Albert Einstein. Al Gobierno puede salirle bien la apuesta de resolver el abastecimiento de las 6 bases antárticas permanentes con medios (buques y aviones) propios aunque no preparados para tal esfuerzo operativo. El Plan C -de emergencia- tras el fracaso del proceso licitatorio de alquiler de un rompehielos un buque polar y los helicópteros tiene el premio de un ahorro fiscal, claro, a condición de que se reparta toda la carga prevista y se roten las dotaciones, sin trampitas en los números. El modo "con lo propio" cuesta la mitad del monto previsto por Defensa (19 millones de dólares) para la versión "con privados".

El grueso de la carga destinada al sistema de bases criollas se trasladaba en un buque polar. Ahora ese rol, y el peso de los enseres, se prorratea en las bodegas de tres remolcadores de alta mar o "supply" en la jerga mercante, adquiridos en 2014 a la empresa estatal rusa Ojsc Arktikmor Neftegaz Razvedka. Los utilizaba para apoyo de plataformas petroleras. También colaboran los veteranos buques de transporte ARA Bahía San Blas y ARA Canal Beagle, llamado Perla Negra en el ambiente de los antárticos, humorada atribuida a cierta conducta aguerrida, por fuera del estilo naval, que ha prevalecido en sucesivas tripulaciones. Estos navíos no tienen casco apto para navegar entre hielos. La Fuerza Aérea pondrá a disposición tres Hércules C-130 que realizarán un puente aéreo -110 cruces- entre la ciudad de Ushuaia y la base Vicecomodoro Marambio. Un esfuerzo que pone el material volante al límite de su operatividad. Aunque la información agrega los dos helicópteros de origen ruso MI-17 comprados en 2012, se sabe que uno tiene tan sólo 60 horas de vuelo disponibles antes de entrar a inspección y el otro 500.

Dejá tu comentario