28 de diciembre 2016 - 12:49

El riesgo de convertirnos en brotes secos

El riesgo de convertirnos en brotes secos
Tras el primer año de gestión del nuevo gobierno nacional, desde lo institucional, quiero valorar que se han abierto espacios para el diálogo tanto con el presidente Mauricio Macri (quien ha tenido la buena predisposición de recibirnos y escuchar nuestras necesidades) como con los Ministros, en especial con Ricardo Buryaile.

El 20 diciembre, la Federación Agraria Argentina reunió a los directores de todas las regiones del país y nuestro Consejo Directivo Central advirtió que, de no mediar cambios en las políticas públicas, se profundizará la concentración que hemos denunciado las últimas décadas, un modelo que privilegia la escala, con más volumen pero sin desarrollo, con más producción pero menos productores.

Los representantes de FAA coincidieron en que al inicio de la gestión se anunciaron medidas para mejorar la rentabilidad de la producción de granos, pero la suba de costos impidió que los márgenes aumenten tanto como los precios y la falta de medidas complementarias comprometió gravemente a los pequeños productores porcinos, avícolas y tamberos.

No se identificaron medidas efectivas que generen oportunidades para las economías regionales y nuestro Departamento Gremial informó que allí los pequeños productores generan ingresos por debajo de un salario mínimo y producen a pérdida con precios por debajo de los costos de producción.

Preocupa la falta de definiciones para sostener a la agricultura familiar y la "flexibilización" en la extranjerización de tierras.

También que no se recuperaron aún los mercados externos perdidos, pero principalmente, la contracción del mercado interno como consecuencia de la pérdida de poder adquisitivo y la apertura a la importación indiscriminada de alimentos.

La altísima concentración productiva; los abusos en la cadena de comercialización y la distorsión de precios; un régimen tributario regresivo; el altísimo costo de los fletes; la falta de infraestructura adecuada o la falta de oportunidades de acceso a la misma para pequeños productores y cooperativas, denotan problemas estructurales que persisten.

Los cambios presupuestarios para INTA, SENASA, CONICET, ponen en riesgo el desarrollo nacional y el acceso de pequeños y medianos productores a la tecnología, la asistencia técnica, los servicios sanitarios.

La falta de una firme decisión política de sostener un régimen de semillas que proteja los derechos de agricultores, ha permitido la consolidación de los mecanismos abusivos de las compañías multinacionales que proveen biotecnología, por sobre toda soberanía nacional.

(*) Presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA)


Producción periodística: Juan Pablo Marino

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