20 de enero 2017 - 23:46

McCartney inicia batalla legal del año en música

El ex Beatle pretende que el copyright de 267 canciones que compuso con John Lennon, entre ellas las más famosas, vuelva a sus manos. En el pasado, una demanda similar de Duran Duran no tuvo éxito.

McCartney. “A los Beatles lo que es de los Beatles”. Una revisión de la legislación norteamericana de 1976 le permitiría recobrar el copyright.
McCartney. “A los Beatles lo que es de los Beatles”. Una revisión de la legislación norteamericana de 1976 le permitiría recobrar el copyright.
Nueva York - En lo que se avizora como la batalla legal del año en el terreno de la música, Paul McCartney demandó a la gestora Sony/ATV con el objetivo de recuperar los derechos de autor de los éxitos que compuso con The Beatles entre 1962 y 1971, y que incluyen los temas más famosos de la banda de Liverpool. La argumentación de McCartney se basa en la complicada y varias veces modificada legislación estadounidense sobre el derecho de autor que, según su interpretación, le permitiría recuperar a partir de 2018 la propiedad de sus canciones escritas en colaboración con John Lennon para The Beatles. Entre esos temas que forman parte del pleito se encuentran nada menos que "Love Me Do", "Can't Buy Me Love", "Ticket to Ride", "Yesterday", "Hey Jude", "All You Need is Love", "I Wanna Hold Your Hand" y "Let It Be". El total asciende a las 267 canciones.

De acuerdo con el texto de la demanda presentada el miércoles en un juzgado federal de Nueva York, McCartney comunicó desde 2008 y en repetidas ocasiones a Sony/ATV, poseedora del catálogo de The Beatles tras varias compras y ventas a lo largo de las décadas, su intención de recuperar el control legal de esas canciones. Una revisión de 1976 de la legislación estadounidense sobre el copyright estableció que aquellos artistas que hubieran vendido sus derechos de autor a terceros antes de 1978 podrían retomar los mismos 56 años después de la creación de esas obras. Dado que las primeras canciones de The Beatles datan de 1962, McCartney considera que a partir de 2018 podrá hacer efectiva esa cláusula legal.

"Puesto que el primer vencimiento de los derechos de autor vendidos tendrá efecto en 2018, es necesaria y apropiada una declaración judicial en este punto para que Paul McCartney pueda confiar tranquilamente en sus derechos", apuntó la demanda.

Esta frase de la denuncia sugiere que, detrás de la jugada del ex-Beatle podría estar el temor a que su caso terminara como el del grupo británico Duran Duran, que en una batalla legal de similares características contra Sony/ATV perdió en su intento por recuperar los derechos de sus temas.

En este sentido, un portavoz de McCartney afirmó a la revista musical Pitchfork que el propósito de su acción legal es "confirmar" sus derechos de autor de acuerdo con la reversibilidad del copyright en Estados Unidos. Sony/ATV respondió ayer a la demanda de McCartney asegurando que tiene "el más alto respeto" por el artista, aunque la gestora de derechos dijo sentirse "decepcionada" por una decisión que consideran "innecesaria y prematura", según informó el medio especializado The Hollywood Reporter.

"Hemos colaborado estrechamente durante décadas tanto con Paul como con los herederos de John Lennon para proteger, preservar y promocionar el longevo valor del catálogo. Estamos decepcionados de que hayan presentado esta demanda que creemos es innecesaria y prematura", añadió Sony/ATV. La revista musical Rolling Stone recordó ayer el enmarañado recorrido empresarial de las canciones de The Beatles a lo largo de los años. En principio, Lennon y McCartney asignaron los derechos de sus composiciones a varias empresas, hasta que ATV Music se hizo con el catálogo que en los años 80 compró Michael Jackson, quien superó en 1985 la oferta de McCartney por los derechos de las canciones al pagar 47,5 millones de dólares para adquirir la colección como parte de un tesoro mucho mayor de unos 4.000 temas de la música pop del empresario australiano Robert Holmes.

Las canciones de The Beatles y el resto de la colección de ATV luego fueron integradas en un emprendimiento conjunto que Jackson formó en 1995 con el sello Sony, lo que dio origen a Sony/ATV Music Publishing, que se convirtió en la mayor editorial musical del mundo. Sus herederos vendieron su participación en Sony/ATV, incluyendo la colección de The Beatles, a Sony Corp por 750.000 dólares en el 2016, siete años después de la muerte de Jackson.

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