23 de enero 2017 - 00:00

Efecto Trump podría encarecer la deuda

Ante la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, el Gobierno argentino deberá revisar la estrategia de reducir gradualmente el gasto público financiando el déficit fiscal en la transición con endeudamiento. Así lo afirmó ayer IDESA, al sostener que si el funcionario "cumple con sus promesas electorales es de esperar que se produzca en la economía mundial un encarecimiento del crédito".

La consultora consideró que las medidas proteccionistas en Estados Unidos podrían implicar "una profundización de la reversión del ciclo de bonanza de altos precios internacionales y bajas tasas de interés que se inició en el año 2003, se extendió hasta el año 2012 y se mantuvo ambivalente hasta la actualidad".

En este escenario, la Argentina posee un déficit fiscal que asciende a $456.000 millones, en el que la parte financiada ronda los $110.000 millones, mientras que los $356.000 millones restantes deben ser financiados con fuentes extraordinarias o de deuda pública, según la información publicada por el Ministerio de Hacienda (hasta noviembre del año pasado).

Hasta la asunción de Trump, "el gradualismo en el ordenamiento de las cuentas públicas -financiando la transición con deuda- tuvo a su favor la buena receptividad de los mercados financieros internacionales a las emisiones de títulos post-salida del default", señaló IDESA.

"Así lo muestran los datos del Ministerio de Hacienda que señalan un aumento de $422 mil millones de deuda pública nacional en el 2016 (medido hasta noviembre) y donde el 58% fue un aumento de la deuda nominada en moneda extranjera", explicó. "La totalidad de este aumento se produjo después de regularizado el default. Pero esta estrategia entra en tensión con las medidas anunciadas por Donald Trump", agregó el informe.

"Argentina sigue pagando tasas de interés que ubican entre dos y tres veces más altas que los países vecinos. Si la tasa de interés aumenta, como hacen prever los anuncios del presidente Donald Trump, la insostenibilidad de la estrategia aparecerá más rápido de lo originalmente previsto", consideró la consultora.

Como "no hay margen para aumentar impuestos (el Gobierno, según dejó trascender en muchas oportunidades, se propone reducir la presión tributaria) ni apropiarse de recursos de las provincias (también, según se dijo, se enfatiza respetar el federalismo), la llegada de Trump al poder hay que tomarla como un dato que obliga a acelerar la reducción del gasto público", precisó Aperest.

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