25 de enero 2017 - 22:57

Cumbre mañana de CGT en Mar del Plata con amenaza de paro

Mientras avanza con el Gobierno una discusión para avalar una reforma laboral por decreto, crece el malestar en gremios de industria y servicios.

Luis Barrionuevo.
Luis Barrionuevo.
La idea de confrontar al Gobierno nacional a través de un paro nacional contra los despidos y los decretos de reforma del régimen laboral comenzó a crecer en algunos sectores de la CGT. Mañana esa posición tomará forma en una cumbre convocada en Mar del Plata con la participación de todos los sectores internos, en medio de las negociaciones que su conducción mantiene con funcionarios para avanzar en una reforma laboral por decreto, como consignó este diario.

La central obrera arrancó el año con dos miradas en muchos casos contrapuestas: mientras un sector mayoritario, alineado con el triunvirato de conducción y adonde reporta el grueso de los sindicatos de peso alimenta las discusiones con el Ejecutivo y suma señales a favor de un eventual decreto de necesidad y urgencia para aplicar nuevas políticas de empleabilidad, otro núcleo, más ligado a gremios de la industria y los servicios, en particular los más castigados por la coyuntura económica, barrunta el llamado a una huelga general para poner un freno a las cesantías y a las políticas de ajuste alimentadas desde la administración de Mauricio Macri.

La instancia formal para dirimir el tironeo entre ambas posturas será la reunión del Consejo Directivo pautada para el 2 de febrero. Sin embargo, mañana todos los sectores internos tendrán la oportunidad de exponer sus planteos en el primer encuentro masivo del año que tendrá la CGT en el hotel Presidente Perón, del gremio gastronómico, en Mar del Plata. Se trata de una reedición de los convites organizados por Luis Barrionuevo cada año en la ciudad balnearia, pero en este caso con el impulso adicional de Hugo Moyano. Hasta anoche estaba confirmada la presencia del triunvirato que integran Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, así como de dirigentes con peso propio en la jefatura de la central sindical.

Hasta anoche la bandera de las posiciones más confrontativas estaba en poder de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). El principal sindicato industrial del país irá al cónclave como uno de los más afectados por los despidos y las suspensiones entre las actividades productivas, con el agravante de no haber podido pactar con todas sus cámaras empresarias un bono de fin de año o de inicio de 2017 de $2.000 como había refrendado en diciembre la CGT con el Gobierno y el G6 integrado por las principales entidades patronales.

Como caso testigo la UOM expondrá el de Banghó, que en respuesta a la anunciada eliminación de aranceles a la importación de computadoras despidió a 200 operarios. Ayer las instalaciones de Vicente López de la compañía habían sido tomadas por su personal. La preocupación y los casos de cesantías y suspensiones, de todos modos, se repetían en casi todo el país para el gremio metalúrgico. A ellos se sumará la presión de otros sindicatos afectados como la Federación Gráfica Bonaerense (FGB), en el ojo de la tormenta tras el cierre por parte del Grupo Clarín de su imprenta AGR y el consecuente despido de 380 empleados, el del Calzado y los docentes de UDA.

En las líneas más proclives a ir al paro contra el Gobierno figuran, en general, gremios asociados a Moyano (los portuarios y el del Seguro, entre otros), la UOM, los maquinistas ferroviarios de La Fraternidad (por su recurrente queja contra el Impuesto a las Ganancias) y los de la Corriente Federal, que si bien no integran la conducción de la CGT, son los que hasta ahora más alentaron la adopción de medidas de fuerza: entre ellos, los bancarios de Sergio Palazzo, los gráficos de Héctor Amichetti, los del cuero y los docentes privados de Sadop.

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