8 de febrero 2017 - 23:51

Moyano: primera vez fuera de escena en más de 20 años

Debieron pasar más de 20 años para que la CGT se embarcara en un plan de lucha sin Hugo Moyano. La marcha del 7 de marzo en apoyo a los gremios industriales y el paro lanzado para la segunda quincena de ese mes en protesta por la persistencia de los despidos y el deterioro en las variables socioeconómicas son las primeras medidas de fuerza resueltas por la central obrera con el líder camionero en un segundo plano autoimpuesto y sin ser siquiera eje de negociaciones reservadas entre las líneas internas de la organización ni con la administración de Mauricio Macri.

El agravamiento en el vínculo entre el Gobierno y la CGT encontró a Moyano en una frecuencia totalmente distinta. Por un lado, abocado casi exclusivamente a la gestión diaria al frente del club Independiente y de las tratativas para la resolución de la jefatura de la AFA como principal referente del grupo que impulsa a su yerno, Claudio "Chiqui" Tapia, contra Marcelo Tinelli.

Por otro, en su entorno reconocen que también lo desvela la situación de OCA, la mayor empresa postal del sector privado de la que el sindicato de choferes tomó el control a fin de año para subsanar una aparente crisis sin fondo durante la administración de su último propietario, Patricio Farcuh. En noviembre pasado, como informó en exclusiva este diario, el gremio se hizo del manejo de la compañía tras una reunión a solas que mantuvieron el dirigente y Mauricio Macri para fijar las pautas para la renegociación de una millonaria deuda impositiva y previsional. En OCA se desempeñan 7.500 camioneros de manera directa (se calcula que hay otros 5 mil empleos indirectos) en lo que la constituye como la principal empleadora individual de la organización.

Los últimos movimientos de Moyano estuvieron basados prioritariamente en esos dos ejes. El último encuentro de raíz sindical en el que participó fue un asado en diciembre en una oficina en Capital Federal del sindicato de petroleros patagónicos que lidera su aliado Guillermo Pereyra. En aquella ocasión el camionero comió y se retiró temprano sin siquiera hablar ante los concurrentes.

El 26 de enero se esperaba su retorno a la vidriera sindical durante la cumbre que organiza cada año Luis Barrionuevo en un hotel del gremio gastronómico en Mar del Plata, que en esta ocasión tenía como particularidad la anunciada presencia de todas las líneas internas de la CGT y la confirmación de que allí viraba hacia la confrontación el tono hacia el Ejecutivo. Pero a pesar de haber sido uno de los promotores del encuentro Moyano se bajó a último momento. Mientras sus pares se preparaban para degustar las achuras en el marplatense hotel Presidente Perón, el líder de los choferes participaba de una reunión clave en la Casa de Gobierno para definir la continuidad del torneo de fútbol.

El corrimiento a un segundo plano tiene explicaciones variadas según el interlocutor. La mayoría de su entorno admite que a los 73 años Moyano no es el mismo que el de los 90 que rivalizaba como ningún otro sindicalista con la gestión de Carlos Menem. También explican que eligió el silencio para no opacar el triunvirato de la CGT. Algunos, en reserva, reconocen que con Macri no hay hostilidades porque tiene más puentes que con Cristina de Kirchner: los unió la buena relación del dirigente con Franco Macri en tiempos de la empresa de recolección Manliba, y la reedición de aquel pacto con los contratos de la basura en la Ciudad de Buenos Aires con Mauricio como jefe de Gobierno. La crisis en OCA les proporcionó otro elemento de acercamiento.

Otro síntoma del retiro es el bajo perfil que adoptó su hijo mayor y lugarteniente en Camioneros, Pablo Moyano, que recién ayer se pronunció crítico con el Gobierno después de varias semanas de silencio. En la CGT, donde ocupa el tercer cargo en importancia, la secretaría gremial, suele ausentarse o irse antes de las reuniones y ocupar parte de la gestión en torearse con Francisco "Barba" Gutiérrez, el metalúrgico que municipalizó el servicio de recolección cuando fue intendente de Quilmes. Padre e hijo, no obstante, se mantienen siempre presentes en la gestión del gremio que los ubicó en la escena política nacional.

Ningún colaborador de Moyano, sin embargo, se anima a aventurar si el corrimiento es definitivo o transitorio. La paritaria de Camioneros, a mitad de año, será un indicio.

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