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El fútbol también es negocio cuando se juega entre amigos
ACTUALIDAD - INFORME ESPECIAL - El fútbol entre amigos es un mercado que crece y se ramifica. Fuentes consultadas aseguran que un torneo con más de 100 equipos puede dejar ganancias de hasta $1.000.000 por cuatrimestre. Lo último: torneos femeninos y after soccer.
La clave está en la escala. Las fuentes consultadas coinciden en este punto y en que dependiendo de los costos, los torneos son más o menos rentables de acuerdo con la cantidad de equipos que participen. "Este negocio crece si tenés muchos equipos, si tenés pocos te arruinan los gastos", comenta Sergio Tachela, uno de los socios de The Fútbol Company, que en la zona sur del Gran Buenos Aires agrupa a más de 180 equipos de no menos de 11 jugadores, entre sábado y domingo. Y agrega: "La inflación el año pasado fue el 40%, nuestros proveedores nos aumentaron eso, pero nosotros no podemos subirle eso a los equipos porque no lo pueden pagar, eso te baja la rentabilidad, además tenés equipos que se bajan y dejan deuda".
Uno de los fundadores de La Caprichosa, empresa que realiza torneos de 5 en Caballito y de 11 en Esteban Echeverría, dice en sintonía: "Necesitás un volumen importante de equipos para que rinda como negocio". "Hay torneos que tienen menos equipos, depende de los gastos que tengas. Nosotros trabajamos mucho en la calidad de las canchas, tenemos alcanzapelotas y veedores", cuenta Rodolfo Trungadi, director de Vixen, compañía que tiene sedes en Pilar y Del Viso para fútbol 7 con unos 120 equipos.
En el complejo deportivo Baires Sur, del exfutbolista José "Pepe" Chatruc y sus socios Julián Morvillo y Pablo Tauz, comentaron a este medio que en los últimos años se han abierto muchos predios y que la rentabilidad "varía mucho de acuerdo al tipo de concesión que se tenga". "Lo que más nos rinde es el alquiler para torneos. Muchas compañías grandes los organizan y duran varios meses, eso es muy rentable para nosotros", señalan. Por sus canchas ubicadas en Parque Patricios, que primero fueron sólo Il Capo fútbol pero luego sumó gimnasio y restó, pasan competiciones intra e inter empresas.
CLAVES
Los fundadores de La Caprichosa son dos hermanos profesionales, uno ingeniero industrial y otro licenciado en marketing, ambos fanáticos del fútbol. "Jugábamos torneos amateur. Por eso quisimos buscarle la veta al negocio. Lo empezamos a hacer de forma paralela a nuestras actividades, los fines de semana, y a hacerlo como creíamos que estaba bien, como nos gustaba, tomando las cosas que nos parecían que estaban bien y sobre las cosas que no se ofrecían analizamos si era rentable ofrecerlas y de qué manera", cuentan. Destacan que "hay cada vez más torneos y con la diferenciación en la calidad podés marcar la diferencia". En su caso ofrecen premios para la figura del partido y cobertura periodística, entre otras cosas. "La idea es sentirse profesional", añade. "Cuando era chico era el que iba juntando gente para armar partidos y surgió de ahí, teniendo conocidos empecé a armar y después lo fuimos haciendo más seriamente", dijo Trungadi.
Para Tachela "la clave del negocio transita por tener buena organización, buenas pelotas y buenas canchas". Gerardo Jalife fue coordinador en el torneo Los Molinos y comenta los "errores" en la organización que llevaron a que se varios equipos dejaran la competencia. "La comunicación es muy importante y hubo muchos desaciertos en ese sentido", sostiene y coincide también que es fundamental el cuidado de la infraestructura de los predios y la conducta de los jugadores, que "muchas veces no colaboran y olvidan cuál es el verdadero espíritu de estos campeonatos".
DEFENDER LOS COLORES
La de los torneos de fútbol es una industria que se está ramificando y profesionalizando. Alrededor de ella surgen, por caso, las casas que ofrecen diseño de indumentaria para los equipos. Prácticamente todo apasionado del fútbol soñó alguna vez con defender los colores de su club. Para los amateurs esa cuestión solía definirse en "claro contra oscuro", "cuero contra camiseta", o cualquier otra opción que diferenciara a los bandos. Pero ahora los jugadores optan por personalizar su vestuario. En Deporte Once, ubicado en Perón al 2500, se puede adquirir el conjunto completo (remera, short y medias) desde $220; la firma Camisetadefutbol.com vende equipos prediseñados desde $250 y personalizados desde $400 hasta $850. "Para los chicos es como el vestido de novia, por eso le dan mucha importancia al diseño", cuentan. El año pasado la empresa con sede en la calle Viamonte al 1300 vendió, en promedio, unas 1.800 remeras por mes durante su temporada alta (marzo a junio y agosto a noviembre).
La palabra de algunos de los participantes de estos torneos refleja la pasión. "Jugar al fútbol es lo más lindo que te puede pasar, no lo cambio por nada. Estoy todos los días esperando que llegue el domingo. En la semana cuesta madrugar para ir a trabajar, pero el domingo me levanto temprano con mucho gusto. La sensación de jugar con amigos es impagable, se disfruta el doble. Cuando llega el lunes ya estoy pensando en el próximo partido", cuenta Rodrigo Ferradas. Maximiliano Moser, integrante de Pergamino F. C., se define como "un dos inteligente, ambidiestro y de potente remate al estilo Héctor 'Gringo' Scotta". Moser cuenta que "los que no tuvimos la fortuna de jugar profesionalmente a este deporte tan maravilloso, le ponemos la misma garra y pasión que le pondríamos si viviéramos de esto. Tratamos de disfrutar de punta a punta cada momento que pasamos juntos, dentro y fuera de la cancha".
MUJERES Y AFTER
Asimismo, los organizadores están sumando otro mercado: las mujeres. No es novedad que existe un boom de fútbol femenino. Es frecuente encontrarlas compartiendo estos espacios que antes parecían exclusivos de los hombres. Y ya no solo se ponen los botines para jugar un rato, sino que también están participando de torneos que cada vez son más comunes.
Otra novedad que están implementando las empresas que organizan torneos es la del "after fútbol". En virtud del público joven y mixto que se reúne en sus predios están sumando música y bebidas después de los partidos. La idea es crear un clima que sirva para socializar, una suerte de tercer tiempo, donde ya no solo el fútbol en sí es la excusa para ir a pasar el día.
"Hoy la reunión se hace ahí, se juntan chicos y chicas, se han casado parejas que se conocieron ahí, es como un club social. De vez en cuando hay bandas, música, queremos armar un ambiente relajado, aunque a veces ponemos un poco más de ruido", cuenta Trungadi.
Como se ve, el del fútbol entre amigos es un mercado que ha crecido, se ha fortalecido y profesionalizado en los últimos años. Buena parte de este fenómeno se explica en la visión de los organizadores de detectar el deseo de miles de jugadores amateurs que tenían el deseo latente de competencia. Pero también, hay que decirlo, en la pasión que despierta en los corazones de todos los que aman este deporte.
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