15 de febrero 2017 - 19:09

La "conexión rusa" amenaza con cerrarse sobre Trump

Donald Trump.
Donald Trump.
La "russian connection" (conexión rusa) ahora corre el riesgo de arrastrar a Donald Trump y ya son muchos los que comenzaron a pensarlo en Washington, luego de la dramática escalada de las últimas horas.

Horas en las que la Casa Blanca se vio obligada a licenciar al consejero para la Seguridad Nacional Michael Flynn y se encontró bajo fuego por las nuevas revelaciones del New York Times: durante el 2016 varios personajes del círculo interno del magnate estuvieron "repetidamente en contacto" con representantes de la Inteligencia rusa.

El círculo, en definitiva, amenaza con cerrarse cada vez más alrededor del presidente estadounidense. Los demócratas ya evocan el fantasma de la traición, previo al impeachment, mientras que entre los republicanos comienza a correr un fuerte nerviosismo por lo que el senador John McCain resumió como "caos total" en la Casa Blanca, donde "nadie está al timón".

Se multiplican de esta manera los pedidos de parte de ambos partidos para que el Congreso inicie una investigación real. La vergüenza del presidente es clara. Por un lado, en Twitter volvió a lanzar sus flechas contra los 007 y el FBI por la fuga de información ("dando ilegalmente información secreta a los medios de comunicación como si fueran caramelos"), mientras que en la conferencia de prensa con el premier israelí Benjamín Netanyahu se mostró tenso y se negó a responder sobre el caso.

No sólo el exgeneral de marina Flynn mantuvo relaciones con los rusos, en contacto con el embajador de Moscú en Washington para discutir las sanciones. Trump y Barack Obama fueron informaron desde hace tiempo acerca las investigaciones, pero la Casa Blanca necesitó de semanas antes de asumir una iniciativa.

Fuentes de los Servicios de Inteligencia revelaron al New York Times que más de un responsable de la campaña electoral del magnate (así como personajes que giran en torno a sus negocios) mantuvieron repetidos intercambios con funcionarios y agentes rusos.

En primer lugar (y es el único nombre mencionado) Paul Manafort, durante varios meses presidente de la campaña de Trump y el exconsultor político del gobierno de Yanukovich en Ucrania, donde representó a algunos intereses pro-rusos.

"Pero nunca he tenido ninguna relación con el gobierno de Moscú y con Putin", continúa repitiendo en este momento Manafort. Mientras tanto en Moscú, el Kremlin se está preparando para precisar que las noticias son verdaderas mentiras.

Las escuchas en cuestión conciernen en particular a algunos llamados telefónicos entre funcionarios y responsables de los servicios de inteligencia rusos, espiados en el curso de las investigaciones por las sospechadas interferencias del Kremlin por el voto presidencial norteamericano.

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