28 de febrero 2017 - 00:00

Escalada contra un EI casi derrotado

Washington - El Pentágono le presentó ayer a la Casa Blanca una lista de opciones para encarnizar la guerra contra los yihadistas del Estado Islámico (EI) en Siria e Irak, que el presidente, Donald Trump, deberá ahora evaluar.

Según confirmó un alto funcionario, la Casa Blanca recibió ayer el documento con planes y alternativas para intensificar la lucha contra el yihadismo en ambos países, donde grupos como el EI y Al Qaeda retienen aún cierta autonomía y territorios pese a la campaña militar de EE.UU. y más de dos años de bombardeos aéreos.

Durante la campaña electoral, el actual mandatario no se privó de mofarse de los generales estadounidenses y de la lentitud de los progresos militares contra el yihadismo. Ya en el poder, el 28 de enero, le ordenó al Pentágono que le presentara en treinta días un plan para intensificar la lucha contra el ultraislamismo. La lista de opciones incluye, además, cambios en la estrategia militar, recomendaciones en materia de control financiero para mantener la presión y aislar al EI.

Según la prensa estadounidense, el plan podría incluir un aumento de los límites a las fuerzas estadounidenses que pueden desplegarse en la zona y una intensificación de los bombardeos aéreos.

El jefe del Comando Central, el general Joseph Votel, sugirió la semana pasada que podría ser necesario un aumento de tropas estadounidenses en Siria (donde hay unos 500 miembros de las fuerzas especiales) para apoyar las operaciones sobre el terreno de milicias aliadas y facilitar la toma de Al Raqa, la capital del califato.

Lo llamativo es que la escalada estadounidense se produciría, si Trump da el visto bueno, cuando el EI está en franca retracción, a punto de ser desalojado de su bastión iraquí de Mosul y en retirada de veintitrés localidades sirias.

Estados Unidos tiene hoy unos 5.000 soldados en Irak para asistir y entrenar a las tropas kurdas y del Estado central.

Desde el verano boreal de 2014, Estados Unidos realizó más de 14.500 ataques aéreos en Siria e Irak como parte de una coalición internacional liderada por el Pentágono. El expresidente Barack Obama había centrado su estrategia en apoyar desde el aire y con asesores militares fuerzas locales: los kurdo-árabes de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), en Siria, y, en Irak, las fuerzas peshmerga del Kurdistán iraquí y las Fuerzas Armadas iraquíes.

Agencias EFE, AFP y Reuters

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