La idea es buena, y también el tono elegido. La idea tiene que ver con las mujeres de una familia. Mostrarlas como quien esboza una serie de pinturas de un par de veranos. "Vuelvo a la casa de mis tías", dice la autora, como llevándonos a sus recuerdos. Ahí están las mujeres ya grandes, las más jóvenes, y la abuela en la cama. Alguien le hace masajitos, la enfermera intenta darle un sublingual. A veces la vieja está un poco mejor. Más adelante hay algunos festejos sencillos, largos descansos en común, mateadas, planos de plantas, floreros y lunares, esas cosas. Una tía se ve preocupada por soledades presentes y geriátricos. Las chicas se divierten en un arroyo cercano y se tiran a descansar en los yuyos. A veces la autora cuenta algún episodio sobre pantalla en negro. Por último, escenifican un parto natural en la noche.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
Todo transcurre en algún lugar de las sierras cordobesas, y el tono es siempre suave, plácido, propio de las siestas, los rincones hogareños y las charlas amables, casi en susurros. Muchas cosas se sobreentienden, y el total dura unos 65 minutos, lo que corresponde con lo poco que pasa y la sencilla discreción del conjunto. Igual puede hacerse largo. Autora, narradora, cámara, sonido directo, Julia Pesce. Asesores de montaje, y quizá también asesores espirituales, el poeta Gustavo Fontán, el cineclubista Juan José Gorasurreta, Ivan Fund.
P.S.
"Nosotras. Ellas" (íd., Argentina, 2016). Dir.: J. Pesce. Documental.
Dejá tu comentario