28 de marzo 2017 - 00:07

A rodar

A rodar
• La semana próxima comenzarán las primeras reuniones entre el Gobierno y las automotrices para delinear el "Plan 1 Millón", el objetivo de producción de 0 km que se acordó para el 2023. El martes pasado, en esta columna, se analizó las grandes posibilidades que existen de llegar a esa meta -según opiniones de algunos directivos-, más basadas en cuestiones externas (recuperación de Brasil, especialmente) que en medidas internas. Se podría decir que era la visión optimista. Otros sostienen que, si bien es posible alcanzar ese número, no es tan simple. Creen que la mejora de Brasil, más las exportaciones que ya se están realizando a otros destinos, pueden aportar entre 300.000 y 400.000 unidades adicionales a las 472.000 que se fabricaron en el 2016. Pero que ese plus que hay que incrementar (unas 150.000 de piso) no es tarea sencilla. Y tiene una explicación.

• Todos en el sector coinciden en que la Argentina hace tiempo que dejó de ser competitiva. "No le podemos vender a nadie" es la frase que se escucha al hablar del tema. Pero también aclaran que la devaluación (como pide en cada aparición el presidente de una automotriz) no es la solución. Se necesitan mejoras en infraestructura, cadena de valor, impuestos, en materia laboral y demás items que serán tema de discusión en las reuniones venideras. Eso es lo que puede aportar el plan. Así se podría pensar en vender a México, el gran objetivo que tiene por lo menos una automotriz en el corto plazo o a países del norte de África, un destino en el que está trabajando otra. Pero hay un dato que deslizó un directivo días atrás que alarma: para poder ganar nuevos mercados y llegar a aumentar las exportaciones se necesita bajar un 25% el costo de producción de los autos en la Argentina. Visto de esta manera, se entiende que haya quienes no se muestren tan optimistas con las metas del plan.

• Donde el optimismo no escasea es en el comportamiento del mercado interno. La consolidación en marzo del crecimiento de las ventas hace que en algunas terminales ajusten sus proyecciones hacia arriba. En una automotriz ya pronostican que el mercado de 2017 podría llegar a los 800.000 vehículos. Lo explican por distintos motivos. La guerra de precios y bonificaciones juegan un papel fundamental. Eso no es nuevo. Las principales marcas siguen apostando a esa estrategia. A esto se le suma la presión que hacen las marcas importadas que por tener sus precios en dólares son cada vez más competitivos, sin contar que algunas rebajaron los valores de algunos modelos directamente.

Pero hay otro factor a tener en cuenta. La desaceleración de la inflación que se espera para los próximos meses va a generar una sensación de alivio que alentará el consumo. Atado a esto viene la mayor demanda por operaciones financiadas. Las ventas a crédito ocupan cada vez mayor proporción en el volumen total. Ni hablar de los planes de ahorro. Estas herramientas sumarán nuevos compradores que no llegan a la operación "de contado". Un combo que justifica el optimismo en algunas empresas.

• La euforia parece ser contagiosa. En la presentación de la "temporada 2017" de Hyundai, el vicepresidente de la empresa, Ernesto Cavicchioli, dejó una puerta abierta respecto a una posible radicación industrial de la marca coreana en la Argentina. "No tengo información pero viendo los movimientos de Hyundai, su mayor presencia en Brasil (fabricará el SUV Creta) y los planes de crecimiento a nivel mundial, no sería ilógico que esté pensando en radicarse en la Argentina. Pero es intuición, no información".

• Si bien en las terminales hay tranquilidad sindical, no quedan exentas de la conflictividad que se ve en las últimas semanas. En una automotriz decidieron suspender un viaje a Brasil, en el que planeaban llevar unos 40 periodistas, por no poder garantizar que los vuelos salieran en la fecha y hora prevista por alguna medida de fuerza de los siete gremios que hay en el sector aeronáutico. País difícil.

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