12 de abril 2017 - 23:09

Las viviendas invisibles y las mentiras del ministro Dietrich

Julio De Vido.
Julio De Vido.
El discurso de la supuesta "pesada herencia", con que el presidente Macri buscó justificar sus antipopulares medidas de ajuste, que afectaron fuertemente a los trabajadores, está siendo dejado de lado paulatinamente, fue reemplazado por una suerte de relato "M", donde sólo existen buenas noticias -amén de que no sean ciertas- a la vez que se invisibiliza lo realizado durante los últimos años

Dos ejemplos concretos permiten dar cuenta de esta nueva etapa: el anuncio de un plan de 100 mil viviendas y el supuesto récord de consumo de cemento asfáltico. Veamos cada caso.

La semana pasada el presidente, en compañía de las autoridades de la Cámara Argentina de la Construcción y de la UOCRA, el presidente encabezó la firma del "acuerdo federal para la construcción de 100 mil viviendas" con el que pretende reimpulsar al sector, tras el parate al que su propia gestión lo llevó, y reducir un déficit habitacional que cifró en 12 millones de personas.

El programa, que engloba una inversión de 85 mil millones de pesos, entre viviendas sociales y PROCREAR, estará a cargo del ministro de Interior, Rogelio Frigerio. En forma temeraria, este funcionario formuló un diagnóstico errado, intencionalmente falso, al señalar que durante nuestra gestión "las viviendas sociales iban a los sectores medios" y que no teníamos una respuesta para los más vulnerables.

Desde ya, celebramos que se continúen iniciativa en materia de vivienda social que a todas luces fueron exitosas porque implica que más familias argentinas accedan a una vivienda digna, lo que no se puede es faltar a la verdad en forma tan descarada.

Entre 2003 y 2015 se concluyeron 457.002 viviendas nuevas y 436.363 mejoramientos habitacionales, lo que sumado a las 131.599 casas en ejecución y los 125.119 mejoramientos que dejamos en plena ejecución da un total 1.150.083 soluciones habitacionales, lo que benefició a más de 5 millones de argentinos, en su mayoría de los sectores más postergados.

Antes de que algún trasnochado relativice la trascendencia de los mejoramientos habitacionales es necesario reivindicarlos como una herramienta inclusiva fundamental que permite a la gente permanecer en el lugar que habitan y se aprovecha la infraestructura existente.

A estos planes debe sumarse el PROCREAR, exitosa iniciativa de Cristina Fernández de Kirchner, que concluyó 140.135 viviendas individuales y 95.230 en desarrollos urbanísticos, lo que da cuenta de la magnitud de las políticas de viviendas desarrolladas durante nuestra gestión.

• El cuento del cemento asfáltico

De la misma manera, el ministerio de Transporte informó que en marzo se alcanzó el récord histórico en el consumo de cemento asfáltico, insumo principal de obras viales, alcanzando las 53.466 toneladas. El dato me resultó llamativo dada la fuerte caída, de más del 6 por ciento, que registró la construcción en febrero.

Bastó con consultar los registros del período 1994-2012 (último año disponible) de la Asociación Argentina de Carreteras para advertir que se trataba de otra mentira más, a las que nos tienen acostumbrados.

En los últimos 23 años, al menos en 6 ocasiones se superó lo que para el ministro era un "récord". E incluso se puede ver con claridad el crecimiento del consumo de cemento asfáltico desde la crisis de 2001 a partir del impulso dado en nuestro gobierno a las obras viales.

Durante marzo de 2004, el primero de nuestra gestión, el consumo de cemento asfáltico creció un 80 por ciento respecto al año anterior, subiendo año a año hasta llegar a 56.787 toneladas en 2006, cifra superior al supuesto "récord" de este año.

A partir de nuestros planes viales, que incluyeron la pavimentación de 5 mil kilómetros de rutas no pavimentadas, la renovación de 35 mil kilómetros de la red nacional y la construcción de 2.800 kilómetros de autopistas, llevaron a que en 2011 se registren 61.084 toneladas, el número más alto de la serie en los registros disponibles.

Ningún relato ni construcción mediática que no se base en la realidad puede persistir, como sí en cambio quedan en la memoria popular las obras, los logros y la inclusión lograda durante nuestra gestión.

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