23 de abril 2017 - 23:36

Estudian establecer premios y castigos a empleados públicos

Estudian establecer premios y castigos a empleados públicos
El Gobierno de Mauricio Macri negocia con los gremios del sector público un esquema de premios y castigos y considera que el gradualismo en el ajuste fiscal es el único camino posible. Estos fueron algunos de los conceptos que expresó Mario Quintana, vicejefe del Gabinete de Ministros en el marco del cierre de la asamblea anual de alumnos del IAE Business School, realizada el viernes pasado en Pilar. 

En la Rosada se muestran muy satisfechos con los acuerdos que se logran con la dirigencia sindical cuando se sientan en la mesa el sector empresarios, los gremios y el Estado. "El acuerdo de Vaca Muerta abrió la puerta de un modelo que se replicó con automotores, construcción, entre otros," explican con entusiasmo. 

En este marco, resultó interesante lo que comentó ante más de 400 empresarios el presidente de Toyota, Daniel Herrero. Para poder concretar inversiones en la Argentina, la casa matriz, en Japón, demandó de un compromiso de los sindicatos, en momentos en que el ausentismo llegaba al 10%, explicó el empresario. 

El titular del gremio Ricardo Pignanelli, líder de SMATA no tuvo inconveniente en viajar a Tokio para asegurar el apoyo del sector obrero. El resultado: los japoneses invirtieron en el país y hoy el ausentismo es uno de los más bajos del país, 2,9%.  

En momentos en que la provincia de Buenos Aires lleva adelante una pelea con los docentes por bajar el nivel de ausentismo este ejemplo ratifica al gobierno que la pelea tiene sentido. 

El tamaño del sector público también estuvo entre los temas que se plantearon en el encuentro. Desde esta perspectiva, Quintana relativizó el margen de acción del Poder Ejecutivo Nacional en la reducción de la cantidad de empleados públicos al explicar que de los 3,5 millones de agentes con que cuenta el Estado, 2,7 millones pertenecen a los gobiernos provinciales y municipales. 

El Ejecutivo Nacional da ocupación a 780.000 personas, de las cuales unas 208.000 corresponden a la administración pública, 110.000 a las universidades, 120.000 a las cerca de 60 empresas públicas y más de 300.000 a las fuerzas de seguridad y armadas. 

También resaltó los esfuerzos del Gobierno por mejorar la gestión y anticipó que piensan conversar con los sindicatos un esquema de "premios y castigos" para los empleados estatales. Esta iniciativa se enmarca en la intención oficial de volver a instaurar los concursos y jerarquizar el trabajo del empleado público. 

En el Gobierno se defiende ante las acusaciones que sostienen que no se hizo nada en materia de reducción del empleo estatal al indicar que la tendencia de los gobiernos anteriores era de un crecimiento anual del 4% en la planta de empleados, corriente que se cortó el año pasado con una reducción de unos 13.000 agentes, equivalentes a una caída de 6%. 

La reducción del gasto público según Quintana no es un tema sencillo. Precisó que desde comienzos 2000 el tamaño del Estado en la economía pasó del equivalente de 24% del PBI a 40% en la actualidad. 

Este crecimiento de 16 puntos se explica en una tercera parte por el crecimiento de la estructura del Estado, en donde las provincias son responsables de cerca del 80% del problema, otro tanto por los subsidios -que es donde más está actuando el Gobierno- y el tercio restante por la incorporación de 3 millones de personas con escasos o nulos aportes al sistema jubilatorio. 

Frente a esta situación consideró que el único camino posible para resolver la cuestión fiscal es el "gradualismo" ya que políticas de shock hubieran llevado a "una recesión muy compleja". 

• Reconocimiento exterior 

Entre los aciertos puntualizó que "en un año eliminamos prácticamente el papel en el sector público", incorporando sistemas informáticos. En el mismo sentido, destacó los esfuerzos por la transparencia (gobierno abierto), la publicación de las licitaciones públicas en internet y el comienzo de las subastas online para las compras del Estado. 

Quintana manifestó que muchos ven desde afuera mejor la situación local que los propios argentinos. En este sentido, recordó una reciente conversación con el ministro de Finanzas, Luis Caputo, quien desde Washington (donde participó de la reunión de primavera del Fondo Monetario Internacional) le manifestó que "si en la Argentina tuviéramos sólo un tercio del reconocimiento que estamos recibiendo afuera, sería una fiesta". 

El vicejefe de Gabinete remarcó el cambio en la inserción internacional del país al recordar que tan sólo dos años atrás el Grupo de los 20 (países más desarrollados del mundo) discutía si echaba de este club a la Argentina y ahora la nación fue honrada con la presidencia de la organización el año próximo, cuando se reunirán en Buenos Aires los principales líderes del mundo (provocando aplausos de la concurrencia). 

Entre las preguntas que le formularon los egresados de la casa de estudios estuvo una referida a porqué el Gobierno no comunica más sus logros. La respuesta de Quintana fue que el tema está a cargo de su jefe, Marcos Peña, titular de la cartera, pero y a modo de defensa de la comunicación oficial replicó que Macri es el presidente latinoamericano con el mayor porcentaje de aprobación, ponderando de esta forma el trabajo que lleva a cabo el jefe de Gabinete. 

Quintana cerró su disertación señalando que una de las preguntas más recurrentes de los inversores es: ¿Cuánto durarán las transformaciones que lleva adelante el Gobierno? 

Uno de los últimos en preguntárselo al presidente fue el titular del Banco Bilbao Vizcaya, Francisco González Rodríguez. Al respecto, Macri le contestó afirmativamente diciéndole "créame Don Francisco, no soy yo, somos los argentinos los que hemos decidido un nuevo rumbo", referencia a la espontánea manifestación de apoyo que recibió el gobierno el primero de abril pasado.

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