16 de mayo 2017 - 23:11

Gira clave de Macri para blindar superávit comercial con Asia

• BALANZA DE US$700 MILLONES A FAVOR DE LA ARGENTINA, AUNQUE ALTAMENTE DEFICITARIO CON CHINA
Los tres países que visita el Presidente (Emiratos Árabes Unidos, China y Japón) generan más del 20% del PBI mundial. Los últimos dos son segundo y cuarto importadores de bienes del mundo.

Mauricio Macri está desarrollando un viaje por el continente asiático (en particular visitando Emiratos Árabes Unidos, China y Japón). Después de sus viajes recientes por Europa y EE.UU., esta gira adquiere una relevancia estratégica aún mayor.

Los tres países visitados generan más del 20% del PBI mundial y son parte de la mayor fuente de dinamismo económico en estos tiempos: el continente asiático. En Asia Meridional la formación bruta de capital fijo ha rondado el 30% del PBI en los años recientes y en Asia Pacifico, 28%; mientas que ella no supera el 20% en Europa o EE.UU. El continente asiático tiene casi 2.500 millones de habitantes urbanos (la mayor concentración en el mundo) de los cuales casi 2.000 millones viven en ciudades de Asia Pacífico (ni en Europa Occidental, ni en Latinoamérica ni en Norteamérica viven más de 500 millones de personas en ciudades). Y hoy -en el nuevo gran mundo urbano- el 80% del producto bruto se genera en ciudades.

Asia es el más relevante actor del comercio mundial reciente. Asia Oriental pasó de ser generador del 18% de las importaciones mundiales en 1983 a ser el generador del 30% de las importaciones mundiales en la actualidad (y en algo más de 40 años duplicó su incidencia como importador mundial).

China y Japón son el 2do y el 4to principales importadores de bienes del mundo. De los 20 mayores puertos marítimos del mundo, 16 están en Asia. La previsión del crecimiento del PBI de Asia es de alrededor de 5% para este año (liderada por Vietnam, Filipinas, India y China), y ello es la principal razón por la que la previsión del crecimiento en las economías emergentes para este año más que duplica los desarrollados. Los países asiáticos en su conjunto generan la mitad de todas las importaciones del mundo.

Ello explica la creciente relevancia para Argentina de esta zona del mundo. Desde Argentina se exportaron -en 2016- 17.307 millones de dólares a Asia (esas ventas han superado a las logradas en el tradicional principal mercado, Sudamérica, que compró, en 2016, a Argentina, 17.184 millones de dólares). Más aún, las exportaciones al Sudeste Asiático (14.748 millones de dólares) superaron cómodamente las exportaciones argentinas dirigidas al Mercosur (11.136 millones de dólares), histórico principal socio comercial argentino. Pero la relevancia para Argentina está en que mientras en Asia Oriental las importaciones crecen año a año y el año pasado llegaron al más alto nivel de la historia (20% mayor a 2012), en nuestro otro gran mercado, Latinoamérica, las importaciones estuvieron 10% por debajo de las de 2012 (y 20% por debajo de las de fines de 2014).

Además, las importaciones en Asia Pacífico equivalen al 28% de su PBI mientras en Latinoamérica rondan el 22% (y son mucho más bajas en nuestro principal mercado en la región cercana). En particular, las importaciones en Hong Kong equivalen al 200% de su PBI, en Singapur al 150%, en Vietnam al 90%, en Malasia al 63%, en Tailandia al 57%, en Corea al 39%, en Filipinas al 35%. Mientras, en los Emiratos Árabes (también visitado por Macri en este viaje), al 83%.

Dentro de los grandes mercados asiáticos (Macri visita dos de los mayores en este viaje), está el segundo mercado para Argentina: China. Las exportaciones argentinas a China en 2015 fueron de 5.174 millones, que crecieron comparadas con las exportaciones de 2014, pero que luego cayeron levemente en 2016 (a 4.980 millones de dólares). Pero el potencial se observa en el hecho de que de los siete principales sectores exportadores argentinos, nuestro país tiene allí grandes oportunidades en 5 (vegetales, alimentos elaborados, minerales, aceites y productos del reino animal, los cuales representan el 60% del total de nuestras exportaciones a todo el mundo). Hoy, de los casi 5.000 millones de dólares exportados a China, más de 2.800 son porotos de soja (más de la mitad del total) y luego se destacan con 380 millones de dólares los aceites de petróleo, con 230 millones de dólares las carnes, con 160 millones los pescados, con 100 millones los productos de la industria avícola y con 85 millones el aceite de girasol. El comercio argentino con China es altamente deficitario para Argentina (nos vende más del doble que lo que nos compra) y esas exportaciones están muy basadas en productos primarios. Con todo, el comercio con todo el continente asiático es superavitario para Argentina en 700 millones de dólares (el superávit bilateral más relevante en la región es con la India, que ronda los 1.000 millones de dólares).

Pero más allá del comercio, también las posibilidades de recepción de inversión desde Asia son relevantes. Se muestran en el hecho de que China es el segundo inversor externo en América Latina (detrás de Estados Unidos), aunque en Argentina las inversiones chinas aún son bajas y el gigante asiático no está todavía entre los 10 principales inversores extranjeros en nuestro país.

Pero además (tanto para la recepción de inversiones como para la posibilidad de ingresar con proveedores locales) hay que destacar que mientras en el mundo se observa la dinámica de las "multiemergentes" (empresas multinacionales que invierten en alianzas transfronterizas, producen y comercian instalándose en varios países en simultáneo y que son originarias -esas empresas- de países emergentes), de las principales 100 empresas de ese tipo en el mundo 44 son chinas y 21 de la India (en nuestro continente, 11 de Brasil y 6 de México).

En el proceso de reinserción productiva argentina al mundo, Asia, pues, puede ocupar un lugar de mayor relevancia que mercados tradicionales como Europa, Norteamérica o aun Sudamérica. Las negociaciones comerciales, los acuerdos para inversiones y la mayor vinculación sistémica entre empresas de la Argentina y de aquel lejano continente serán instrumentos para acompañar un proceso que puede intensificarse con políticas públicas impulsoras, pero que parece haber comenzado ya de todos modos.



* Especialista en negocios internacionales, director de DNI y

profesor del ITBA

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