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Diálogos de Wall Street
¿Cuál es el posicionamiento de los administradores de cartera? Nasdaq y acciones europeas lideran las preferencias. Conversamos con Gordon Gekko sobre fobias y favoritismos de los inversores.
G.G.: Todo un gentío subido al mismo bote no es la mejor recomendación de inversión. Es difícil maniobrar si algo sale mal y todos quieren bajarse a la vez.
P.: ¿Podemos estar cerca de ver volcar también el entusiasmo por la Bolsa?
G.G.: Pese a la sucesión de récords, el entusiasmo de los mánager por el Nasdaq es relativamente reciente. En abril, aparte del dólar, las acciones europeas, los bonos corporativos y los papeles de los bancos tenían preeminencia. Y la Bolsa siempre puede rotar, concederle descanso a un sector y montarse a otro más rezagado.
P.: Dólar y bancos corrigieron fuerte. Las acciones europeas, después de las elecciones francesas, picaron en alza.
G.G.: Son la segunda opción más elegida, detrás del Nasdaq.
P.: De a poco, a medida que la Bolsa sube, va esmerilando la reticencia a involucrarse.
G.G.: Con énfasis todavía en "de a poco".
P.: Con Macron en el poder, el riesgo europeo es más apetecible.
G.G.: Por de pronto, el peligro de desintegración de la Unión Europea ha dejado de ser el ogro más citado por quienes manejan grandes fondos.
P.: Era la espada de Damocles de 2017.
G.G.: Salvo en enero, cuando los inversores temían una guerra comercial a instancias del proteccionismo de Trump, la suerte de la unidad europea figuraba al tope de la lista de preocupaciones.
P.: ¿Las elecciones que falta celebrar en Europa -generales en Alemania o legislativas en Italia y Francia- no mueven el amperímetro?
G.G.: No es que no sean importantes, pero no se dirime en ellas el futuro de la integración. En ese sentido, el alivio es enorme y bien fundado, el nacionalismo perdió la batalla, aunque un Macron carente de apoyo parlamentario puede echarle un balde de agua fría al actual entusiasmo.
P.: Le Pen perdió la batalla, pero no la guerra.
G.G.: Tendrá que esperar cinco años para tener revancha.
P.: ¿Cuál es el fantasma alternativo, el cuco que hoy asusta más a los mercados?
G.G.: China y su proceso de apretón crediticio.
P.: Hemos visto caídas bruscas en los precios de las materias primas, atribuibles al frenazo en China, pero que han despertado poco o nulo contagio. Es el caso de los emergentes, que siguen empujando pese a las vicisitudes de los precios de los productos primarios.
G.G.: Los chinos aprietan porque los números de la economía les dieron bien. Atacan excesos, a partir de su confianza en poder satisfacer su meta de crecimiento del 6,5%. El 6,9% del primer trimestre fue alentador.
P.: Pero se pueden equivocar y tensar la cuerda de más.
G.G.: Pueden fallar, y ese es el temor. En todo caso, no será la primera vez que los veamos aflojar a toda prisa.
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