24 de mayo 2017 - 23:48

Macri ordenó apoyar a Carrió. Garavano negocia

• GABINETE DEL RETORNO.
• ANTES DE PARTIR A ECUADOR ACOMODÓ ESTRATEGIA EN ODEBRECHT.
El ministro de Justicia diseña un difícil acuerdo con constructora por información. Carrió descomprime y los radicales, en silencio.

Mauricio Macri.
Mauricio Macri.
Fue la primera reunión de Gabinete que tuvo Mauricio Macri tras el largo viaje por Oriente. Estaba ansioso por explicar el saldo de esa travesía y llegar luego a un tema central para él y la campaña: el caso Odebrecht y el temporal que desató Elisa Carrió. De ahí el informe que pidió sobre los temas centrales de gobierno y que cada ministro le fue desgranando. Sin demorarse demasiado en cada uno, Macri escuchó especialmente a Nicolás Dujovne que planteó al Gabinete que la inflación de mayo estará en torno del 1,8% y que por lo tanto no habrá que modificar la pauta de 17% anual y luego a Andrés Ibarra y los avances con modernizaciones y presentismos. Avisó también que parte hoy a Ecuador, pero que regresa el 25 a la madrugada a tiempo para cumplir con el Tedeum en la Catedral, como corresponde.

Después le puso el oído a Germán Garavano. No fue casual que Macri usara ayer al ministro de Justicia como vocero de ese Gabinete. El Presidente ordenó allí, por si había alguna duda, apoyar a Elisa Carrió en su pelea contra la corrupción a pesar de su denuncia sobre encubrimiento a Julio De Vido justamente en el núcleo del Gobierno y abrir todas las vías posibles para que se ventilara en los juzgados toda la información que podía proveer Odebrecht, siempre deseosa de hablar a cambio de que no le cancelen contratos de obra en el país.

Gabriela Michetti se había adelantado a esa estrategia el lunes con un anunció rutilante para responderle a Carrió: "No vamos a proteger a alguien porque tenga un parentesco con un funcionario". Esa definición extrañó en la Casa Rosada; hasta ese momento nadie había hablado de parentescos oficiales, al menos en esta instancia del caso Odebrecht.

En realidad Carrió nunca es un problema para el Gobierno sino una solución; a pesar de cada puesta en escena que arma, termina siempre jugando al ritmo de la conveniencia de Macri. Carrió, con furia y violencia, le permite al Presidente deleitarse con la gimnasia del policía bueno-policía malo. Macri y María Eugenia Vida cuidan (quizás demasiado) desde hace tiempo las alianzas peronistas que teje el PRO para Cambiemos; Carrió cuida al votante original de esa sociedad. ¿O alguien puede pensar que muchos sufragantes de Macri no están algo nerviosos por la ausencia de avances en causas de corrupción en el país?. Lo sostienen muchos de los que hicieron presidente a Macri y también inversores extranjeros que ven en la lenta marcha de esas causas (quizás acostumbrados al manejo de la Justicia que hicieron gobiernos anteriores) una señal de debilidad política que puede tener reflejo en el manejo del país. Ese mensaje no es nuevo para Macri, lo escuchó por primera vez en Nueva York en septiembre del año pasado directamente de la boca de los banqueros que se reunieron con él en el NYSE.

En ese ejercicio los radicales casi miran de afuera. Mario Negri es hoy el principal actor público de la UCR dentro de Cambiemos y el salvador esencial de los problemas que se desatan en el Congreso. La presencia de Ernesto Sanz sigue siendo casi una incógnita de pasillos. Sus movimientos cada vez se parecen mas a los de Enrique "Coti" Nosiglia durante la era Alfonsín.

En esa reunión Garavano le explicó a Macri que partía inmediatamente a reunirse con abogados de Odebrecht para presionarlos y llegar a un acuerdo por información. No será fácil: hasta adentro de Cambiemos creen que esa estrategia, que impulsa también Laura Alonso, será muy difícil de concretar legalmente con las herramientas que aporta el sistema jurídico argentino. Ese es otro foco de advertencia que apareció en los últimos días: Alonso dice algunas otras cosas que asustan a funcionarios del Gobierno. Por ejemplo, que Argentina es el único país con funcionarios involucrados en el caso Odebrecht que no ha tomado la decisión de cancelar los contratos de obra con esa constructoras que pueden estar sospechados de sobornos. También dice que el macrismo espera que este caso no se convierta en otro "Siemmens", escándalo que tiene condenados en EE.UU. y Alemania y que aquí, como siempre sucede, pasó sin castigo alguno.

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