30 de mayo 2017 - 22:04

Cacace llega al Teatro San Martín con nueva versión de “Platonov”

Cacace. El Chejov que conocemos sólo aparece de a ratos en “Platonov”. Es su primera escritura dramática, descomunal y desbordada.
Cacace. El Chejov que conocemos sólo aparece de a ratos en “Platonov”. Es su primera escritura dramática, descomunal y desbordada.
Guillermo Cacace, director de "Mi hijo sólo camina más lento", debutará en junio en el Teatro San Martín con una versión de "Platonov", de Anton Chejov, rebautizada "Parias" y protagonizada por Iván Moschner. Dialogamos con él:

Periodista: Llegó al Teatro San Martín.

Guillermo Cacace: Sí, con una versión de "Platonov", con un elenco tremendo. Es una obra que en su original dura seis horas. Es descomunal y desbordada. El Chejov que conocemos aparece de a ratos. Es su primera escritura dramática y tiene influencias de todo tipo; inclusive al original le faltan páginas.

P.: ¿A qué atribuye que en tantas obras del off aparezca un personaje con alguna discapacidad? Lo vemos en "Mi hijo sólo camina...", "Yo no duermo la siesta", "Como si pasara un tren", "El loco y la camisa", "La omisión de la familia Coleman"...

G.C.: La historia de la literatura dramática está atravesada por una característica central: contar la peripecia de "unos" que "no pueden" algo. Hamlet, Treplev, Edipo no pueden algo. Luego, la discapacidad, es un lugar literal de la imposibilidad, es otro grado de exposición de un no poder que hace sentido en muchos planos del vivir en sociedad. Hay un deseo que se frustra por no encontrar la mejor circunstancia para su realización y en estas obras aparece condicionado por una dificultad encarnada en el cuerpo físico o psíquico.

P.: ¿Cómo evalúa la oferta del teatro comercial y la del off?

G.C.: Es una oferta amplia y vital que se pronuncie sobre las diferencias. Como en la época en la que uno iba al videoclub y, según como estaba de ánimo, buscaba la película que necesitaba en una batea o en otra. No todos los días estamos para ver algo experimental, y no todos algo pasatista. Pero hay algo que, de todos modos, obstaculiza la libre elección ya que en un medio y el otro el valor de las entradas es distinto. No es bueno que la gente vea teatro alternativo porque es más económico. Es bueno que la gente vea todo. Si que vea todo se acompaña de políticas culturales y un nivel de formación sensible de igualdad de acceso para todo el mundo, entonces quienes programan van a tener nuevas preocupaciones al no ser elegidos.

P.: ¿Qué criterios pone en marcha para programar su sala Apacheta?

G.C.: Dar lugar a experiencias de nivel y cuyo formato les impediría acceder a otros teatros, abrir nuestras propias investigaciones y deseos al público. No queremos dejar de tener en cuenta el nivel de inserción del artista en el medio. Me refiero a si se trata de un consagrado o de un artista emergente. Algunas veces nos interesa mucho dar a conocer la obra de alguien cuyo reconocimiento no trasciende un círculo muy pequeño. En tales ocasiones hemos sostenido espectáculos que nos daban pérdida económica y al mismo tiempo orgullo artístico.

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