30 de mayo 2017 - 00:00

ArteBA 2017 puso al país en el circuito mundial

Hubo un marcado aumento de galerías, museos y artistas extranjeros, aunque se extraña el riesgo de lo imprevisible.

Arteba. Una maquinaria cargada de metros, galerías y programas que cuesta poner a andar y, acaso por esta razón, no cambia nada.
Arteba. Una maquinaria cargada de metros, galerías y programas que cuesta poner a andar y, acaso por esta razón, no cambia nada.
La 26° edición de Arte BA marcó el ingreso definitivo de la Argentina en el circuito global. Por un lado, esto acarrea un positivo aumento de galerías, museos y artistas extranjeros; por el otro, significa el fin de Buenos Aires como un lugar extraño donde descubrir algo nuevo. Un texto del curador del programa U-TURN, donde predominan galerías extranjeras, se titula "Puerta abierta a la diversidad". Y la diversidad y multiplicidad de vertientes fue, desde la creación de arteBA, el atractivo del arte argentino.

La semana pasada, con la Feria paralela FACA en el Hipódromo, la llegada del consagrado Anish Kapoor al Parque de la Memoria, y la simultánea Bienal internacional de Performance, el arte ocupó la ciudad entera. ArteBA lideró la movida y, con implacables exigencias curatoriales, un ordenado montaje de los amplios stands que rondaban los 20.000 dólares, le dijo adiós a las diferencias que la separaban de gran parte de las ferias del mundo. Se extraña, desde luego, el riesgo de lo imprevisible, condición que solía sorprender en Buenos Aires a los grandes sacerdotes del arte. Aunque, para ser francos y no ir demasiado lejos en el tiempo, Focus, el nuevo emprendimiento que arteBA presentó hace unos meses en una construcción fabril de Barracas, ostentaba el atractivo que La Rural no posee y que buscan los extranjeros.

La Feria ha cumplido 26 años y es una maquinaria cargada de metros, galerías y programas que cuesta poner a andar y, acaso por esta razón, no cambia nada: las últimas ediciones se parecen entre sí. Hace alrededor de una década, la comisión directiva de arte BA -hoy casi en retirada-, aprendió a manejar el negocio internacional. En ese entonces se creó el Barrio Joven Chandon que, a fuerza de pulir el oficio y adaptarse al mainstream, ya no se diferencia del sector principal. Vale la pena destacar sin embargo, la creatividad de la galería salteña La Arte o la cordobesa "El gran vidrio", entre otras del interior que permanecen ajenas a la uniformidad reinante.

Luego, el moderado éxito de las ventas se gestó también hace varios años, cuando arteBA obligó a los museos e instituciones a abandonar la mala costumbre de pedir y aun exigir- donaciones a los artistas. El Programa de Adquisiciones educó a los funcionarios. Ahora, con los fondos ofrecidos para comprar arte por bancos y empresas privadas y estatales, sumados a los de algún mecenas, más de 60 obras pasaron a formar parte de colecciones institucionales locales y extranjeras.

En el terreno estético justo es reconocer que se destacó la labor de Sofía Hernández Chong Cuy, curadora de la colección Patricia Cisneros, que reunió en Solo Show Zurich llamativas obras de artistas latinoamericanos, entre ellos, de la talentosa argentina Adriana Minoliti. La curadora plantea el interés de los nuevos espectadores del arte y de una economía que trasciende la del dinero y "promueve experiencias memorables". La fundación Proa contrató a Federico Churba y la Isla de Ediciones mostró buenos libros y su mejor diseño. U-TURN, el Project Rooms de Mercedes-Benz, mantiene el formato breve de las obras que caben en una valija. El espíritu rupturista de Dixit va por su tercer año y los esfuerzos son muchos, pero no ha logrado conquistar al público.

¿Buenas ventas al final? Se sabe con certeza que más allá de las compras institucionales se vendieron obras de Amadeo Azar, Mónica Van Asperen, Luciana Lamothe, Juan Becú, Román Vitali, Mondongo, Soriano, Cynthia Cohen, Passolini, Roberto Aizenberg, Edgardo Giménez y Juan José Cambre, entre otros. El honorable "comité científico" del Malba eligió un dibujo de Elda Cerrato con un mensaje político y el collage "Tijeras" de Magalí Lara referido a cuestiones femeninas.

Varios coleccionistas hablaron sobre la moda del arte político y de género, y ante la ausencia de autonomía uno de ellos citó risueño al genial estadounidense Clement Greenberg, que decía: "En vista de los sucesos actuales la pintura siente, aparentemente, que tiene que ser más que sí misma: tiene que ser poesía épica, teatro, retórica; tiene que ser una bomba atómica, tiene que ser los Derechos del Hombre".

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