28 de junio 2017 - 22:57

El Gobierno sigue hablando de $ 18 para fin de año

Descarta el oficialismo una devaluación para después de las elecciones de octubre. Según el Palacio de Hacienda el problema es el dólar futuro a $17,80 que aún espera el mercado financiero.

Nicolás Dujovne
Nicolás Dujovne
El Gobierno aseguraba ayer, con vehemencia, que su preocupación principal ante el dólar es que en los analistas dejen de considerar un valor futuro para fin de año de entre 17,60 y 17,80 pesos. Para el Ministerio de Hacienda nada de lo que ocurrió en las últimas dos jornadas, con la divisa pasando en el mercado oficial minorista de 16,43 a 16,68 pesos; es para preocuparse. Incluso aún no es tema para cambiar la hipótesis de trabajo de esperar un dólar a diciembre a un peso más abajo de la proyección del Presupuesto Nacional aprobado por el Congreso para todo 2017. Según esta ley, la divisa debería terminar el año en 19 pesos, mientras que los analistas del Gobierno esperan desde hace más de un mes un dólar a 18 pesos. Sobre el alza de las dos primeras jornadas de la semana, se la considera incluso una buena noticia coyuntural; ante la especulación creciente de los sojeros del último mes de sentarse sobre las liquidaciones de sus exportaciones a la espera de una mejora en la cotización de la moneda norteamericana. Según el Gobierno, en junio hay una merma de no menos de u$s7000 millones en liquidaciones sojeras, lo que le debería aportar al Banco Central ingresos de aproximadamente u$s1.500 millones. En el edificio de enfrente al Palacio de Hacienda también reina la tranquilidad ante la suba del dólar y se le agrega un análisis político-electoral: se asegura que la asociación de la suba de la divisa ante el anuncio de la candidatura a senadora de Cristina Fernández de Kirchner es un buen dato ante el público votante al inicio de la campaña.

El propio Nicolás Dujovne hizo ayer a la mañana declaraciones tranquilizadoras y optimistas ante el alza de la moneda norteamericana, aún cuando no se conocía la segunda alza luego de haberse lanzado las listas para las elecciones legislativas de este año. Según el ministro, el dólar en esta etapa "salió de la tapa de los diarios y dejó de ser una preocupación", y admitió que la cotización "podría estar mejor" (más alta). Dijo además que la variación del tipo de cambio "ya no es una preocupación para las familias" y que "pasó a ser parte del análisis más fino de los analistas".

Lo cierto para Hacienda es que la cotización para fin de año está en revisión, y que el principal problema del que se habla es cómo llegar primero y superar después la cotización de los 18 pesos. Se sigue hablando de una gran entrada de dólares hasta fin de año, fruto de las liquidaciones sojeras, de las colocaciones de deuda del Gobierno nacional y de las provincias, además de ingresos comprometidos pos blanqueo. El dato que sigue el oficialismo es el dólar futuro que espera el mercado, y que hace algo más de un mes tenía el mismo precio que en la actualidad (entre 17,60 y 17,80 pesos), aun antes del "accidente" de Michelle Temer en Brasil. Se recordaba ayer en el Palacio de Hacienda que antes de las acusaciones directas al aún presidente del país vecino, el dólar cotizaba por debajo de los 15 pesos, y que pese a que ayer cerró a $16,68, la valoración futura no se alteró. Siguiendo esta interpretación los principales operadores del mercado financiero argentino, no ven que los dos "cisnes negros" de junio, la situación de Temer y la postulación de CFK, no alteraron la proyección final para fin de año. Lo cual, para el oficialismo, es preocupante, pero por lo baja, ya que aunque no se lo diga en público el problema para el Gobierno es el retraso cambiario. Lo que se descarta, salvo catástrofes, es que el dólar vaya a escaparse más allá de los 18 pesos. El análisis sobre la posible baja de un peso en el precio del dólar hacia fin de año, tiene un costado político: ahuyentar las seguras acusaciones de la oposición, que auguran y corren al Gobierno con una segura devaluación para después de las elecciones legislativas de 2017, una vez que el compromiso de estabilidad con los votantes haya terminado. En otras palabras, los políticos de Cambiemos que salgan a enfrentar a la oposición en medio de la campaña podrán asegurar sin vergüenza ni temor que luego de ser elegidos no deberán explicar saltos en la cotización del dólar, el principal corazón económico con que se vota en gran parte del país.

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