28 de julio 2017 - 00:00

Inflación en 2,2%: meta para rediseñar la flotación libre

El ala política está molesta por tener que aclarar ante de las PASO, el porqué de la aceleración del dólar. El argumento oficial de la devaluación es el “dólar Cristina”.

El único dato que el Gobierno sigue de cerca con la suba del dólar es la inflación de julio. Si supera el 2,2%, será el momento de rediseñar la política cambiaria y hablar con los agentes oficiales y el "fuego amigo" para que comiencen a dejar de lado la política oficial de "flotación libre" para pasar a una variación algo más realista de "semilibre". En otras palabras, si el alza de precios del mes que está terminando supera ese nivel y se ubica en 2,5 o aún más de crecimiento según el INDEC, habrá llegado el momento de trabajar para que se cumplan las metas oficiales de un dólar de no más de $18 para las PASO y de 19 para las legislativas de octubre. El único flanco débil para la estrategia está en el Banco Central (BCRA). Aún no está claro si Federico Sturzenegger y el resto del directorio estarán dispuestos a escuchar que se necesitará una entidad más comprometida con las metas oficiales e interviniendo en el mercado cambiario para controlar el dólar dentro de las pautas oficiales. Y menos se cree que pueda haber convencimientos bajo el argumento que el problema no es tanto económico o cambiario, sino electoral.

"Una cosa es salir por el conurbano bonaerense convenciendo a los laburantes que si bien la situación es complicada, con esperanza el crecimiento les llegará en los próximos dos años; y otra diferente salir a decirle a la clase media que el alza del dólar y los precios están bajo control". Así reflexionaba uno de los candidatos del oficialismo,

Según esta lógica, todos los argumentos sobre el "derrame" entrarían en debate si desde hoy y hasta las elecciones del 13 de agosto los precios de los productos de consumo masivo comienzan a reflejar aumentos sustanciales fruto de la devaluación del peso que comenzó, precisamente, un mes antes. El argumento oficial es que este incremento tiene nombre y apellido: dólar Cristina; ya que comenzó a subir sólo por la aparición de la expresidente en la lista de candidatas. "No es una estrategia, es la verdad. Y si gana con suficiencia en agosto, más problemas habrá con el dólar", continuaba reflexionando el candidato.Dentro del Gobierno nacional ya se piensa en metas. No preocupa, en sí, el incremento del dólar. A lo que sí se le presta atención es a la inflación. En especial a la de julio. Según las estimaciones oficiales, para este mes el incremento base es de 1,2% fruto de las alzas autorizadas, como combustibles, prepagas y otros servicios. Se considera lógico un alza de unos puntos porcentuales más a partir de las consecuencias de los primeros incrementos, con lo que hasta un 1,8 o un extremo 2%, habría aceptación oficial. El problema radicaría si al conocerse el dato de la inflación de julio, el incremento supere el 2,2%. Si esto ocurriera, concluye el Gobierno, el incremento del dólar se habría trasladado a precios. Si esto pasa, habrá llegado el momento de actuar y de trabajar sobre el precio del dólar en el mercado y fijarlo donde se cree que debe estar: no más de $18. El problema son los tiempos. El INDEC comunicará el IPC de julio el 10 de agosto, a tres días de las elecciones. No dará tiempo para acciones directas, con lo que habrá que ir hacia las urnas con los datos del dólar y la inflación ya cerradas.

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