28 de julio 2017 - 23:06

Furia radical tras salvataje a De Vido

Bronca con el Ministerio del Interior por negociación con santiagueños. Ganó estrategia de Durán Barba pese a consejos varios de generales de Casa Rosada.

El radicalismo estalló de furia ayer tras la derrota de Cambiemos el miércoles último en Diputados, donde no pudo expulsar a Julio De Vido bajo la fórmula de "indignidad" moral. El centro de la bronca estuvo básicamente en las promesas incumplidas que le hizo la Casa Rosada a sus hombres en el Congreso sobre algunos temas que tenían que "solucionar" para facilitar la votación.

A eso se había comprometido el gobierno, especialmente el Ministerio del Interior, a quien le habían encargado la tarea de conversar con algunos gobernadores sobre la posibilidad de que se ausentaran diputados al momento de la votación. Una de las provincias que había estado comprometida con esta estrategia era Santiago del Estero, del matrimonio Zamora.

"Triunfo moral" costó caro

En el bloque radical se afirmaba ayer que Interior tenía a cargo la tarea de atender esa situación (como lo hace con todas las urgencias provinciales) y que de alguna manera esa negociación quedó trunca: el resultado fue que los diputados de esa provincia finalmente estuvieron en la sesión y ayudaron al salvataje K.

Queda, a partir de ahora, el análisis sobre si la estrategia que tomó Cambiemos de ir adelante con la votación "como fuera" valió la pena. La práctica normal en el Congreso es que no se debe bajar ningún proyecto al recinto si no se está convencido de tener los votos. Los peronistas han hecho una escuela sobre esto.

Para lograr el triunfo "moral", Cambiemos se apartó ayer de esta regla y lo hizo básicamente en contra del consejo que daban las cabezas del oficialismo en el Congreso e incluso algunos de sus propios ministros. Se supo que el empuje clave lo dio el asesor ecuatoriano Jaime Durán Barba, y que la jefatura de Gabinete bajó línea a todos los jefes operativos en el Congreso.

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