8 de agosto 2017 - 00:06

A rodar

A rodar
• De pronto, un día todo se complicó. El sector automotor pasó un período de varios meses de calma como consecuencia de la expectativa que generaba el nuevo gobierno y de los datos que mostraba la recuperación del mercado. Pero ese equilibrio amigable se rompió inesperadamente y hoy son todas rencillas. Las terminales enojadas con el Gobierno, el Gobierno enojado con las terminales, los importadores enojados con el Gobierno y con las terminales. Los motivos son varios.



• La aplicación de garantías por el desequilibrio del comercio exterior con Brasil fue, tal vez, el detonante. En las empresas sienten que fue un castigo innecesario para un sector que está invirtiendo. En el Gobierno se cubren. Tal como adelantó este diario, este año las importaciones de vehículos pueden alcanzar un récord histórico. El 69% de las ventas vendrán del exterior contra el 63% del 2013. "Algo teníamos que hacer" argumentan en despachos oficiales. Lo cierto es que no cayó bien. A esto se suma que desde el Gobierno le estén pidiendo a ADEFA información sobre cómo se llegó a algunos resultados del informe Bain & Company. Asesores del ministro Francisco Cabrera están en contacto con los técnicos de la central fabril. El enojo es grande en la industria. De todas formas, aseguran que los datos son correctos o, incluso, podrían ser peores. "A nosotros la presión impositiva nos da más alta que lo que dice el informe" advirtieron en una terminal.



• Está claro que esta embestida del Gobierno tuvo su respuesta en las duras declaraciones del presidente de ADEFA. Joachim Maier. Algunos funcionarios lo tomaron como una provocación. Pero las palabras del presidente de Mercedes-Benz no sólo generó disgusto en los hombres del PRO. También en el seno de la central fabril. Aparte del tono, en varias empresas se le cuestiona que se limitó a señalar todo lo malo y no las cosas buenas que viene haciendo el gobierno. "Sólo fueron críticas pero también se avanzó con medidas que reclamábamos. Quedó una entrevista muy desequilibrada" dijo un directivo de una automotriz.



• Esta desavenencia anticipa una discusión acalorada en un par de meses cuando se discuta la designación del nuevo presidente de ADEFA. Algunos, como ya se señaló en esta columna, quieren establecer como norma la sucesión por orden alfabético según el nombre de la empresa ("la escuelita" se le suele llamar) Incluso, hay quienes aseguran que así quedó establecido el año pasado pero otros lo consideran un tema a debatir. Desde una empresa ya anticiparon a este diario que no van a aceptar esa salida. Aparte del interés de algunos CEO´s de presidir la entidad, la sucesión alfabética tiene un punto en contra. Actualmente, la presidencia está en el período correspondiente a Peugeot (Maier ocupa el cargo por la renuncia reciente de Luis Ureta Sáenz Peña). Por ese sistema, el próximo cargo tendría que quedar en manos de Renault, en ese caso de Luis Peláez. El problema es que esta empresa es una de la que tiene más desequilibrio comercial con Brasil y no sería oportuno su presidencia en esta coyuntura.



• Hay mucho malestar en importadores por cómo los está afectando los Impuestos Internos. En la página central se detalla en un informe el alcance de este tributo. Aparte del sobrecosto que les implica, critican la imprevisibilidad. "Los pedidos de importación se hacen con cinco o seis meses de anticipación y hoy no sabemos qué va a pasar con el dólar y, tal vez, autos que hoy no llegan a pagar queden afectados en un par de meses. Así no se puede planificar" se quejó un importador.



• Otra queja de importadores es el decreto de los autos ecológicos que sólo rige para las empresas radicadas. Un empresario explicaba que los autos híbridos, en el mundo, cuestan poco más que un modelo convencional. Al quitarle el arancel de 35%, algunos modelos híbridos van a terminar costando menos en la Argentina que un vehículo de la competencia diesel o naftero. "Así nos matan" alertó otro directivo.



• Un dato final. Desde ADEFA se rechazó el pedido de México de flexibilizar el comercio entre los dos países. Con las diferencias de competitividad que existe, aseguran, sería un duro golpe para las empresas locales. Una terminal que está perdiendo terreno con su marca importada y con algunos modelos extrazona por falta de oferta de autos que llegan de México, debe estar deseando que se libere el cupo para poder traer autos. Casi no tiene stock.

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