18 de agosto 2017 - 00:00

Venezuela: hablan de “masacre” en el asalto a un penal

Los familiares de los 37 presos muertos en el estado de Amazonas exigen a Nicolás Maduro “que dé la cara”. Denuncian un uso excesivo de la fuerza.

Caracas - "¡Por favor, tengan piedad!", rogó Lauche Fernández, familiar de uno de los 37 presos que murieron durante un motín en un centro de detención del estado Amazonas, sur de Venezuela, mientras esperaba que los cuerpos fueran entregados por las autoridades.

Un centenar de familiares esperó varias horas ayer frente al hospital de Puerto Ayacucho, capital de Amazonas, para recibir los restos de las víctimas de "la masacre". "Ya empiezan a oler. Por favor, tengan piedad y entreguen los cuerpos de nuestros muertos. ¿Qué van a hacer reteniendo esos cuerpos?", pidió Lauche Fernández, a gritos.

Varios ataúdes fueron cargados por las calles de la localidad una vez que los cuerpos fueron entregados a las familias.

Un motín en calabozos del centro judicial de Amazonas, apartada región selvática fronteriza con Colombia y Brasil, se saldó el miércoles con 37 presos muertos y 15 policías y militares heridos, uno de ellos grave.

El ministro de Interior y Justicia, general Néstor Reverol, señaló al gobernador de Amazonas, el opositor Liborio Guarulla, como "responsable directo". Sin embargo, el operativo estuvo a cargo de fuerzas nacionales.

El motín reflotó la crisis penitenciaria venezolana, con frecuentes enfrentamientos entre reclusos por el control de las prisiones y denuncias de violaciones de derechos humanos, así como de muertes por falta de alimentos y medicinas para tratar enfermedades como la tuberculosis.

Dirigiéndose al presidente Nicolás Maduro, Jackson Sanz, padre de uno de los fallecidos, pidió al mandatario socialista y a su gobierno "dar la cara por esta masacre".

Según Guarulla, desde "hace tres meses y medio" la Guardia Nacional tenía acordonado el centro de reclusión a raíz de una denuncia de un posible ataque de la guerrilla colombiana Ejército de Liberación Nacional.

"En razón de esto, se presumía que algunos de estos reclusos podían estar armados y por eso se solicitó la requisa", afirmó. Fuerzas especiales del Ministerio de Interior intervinieron y tomaron el centro de reclusión "de manera desmedida porque usaron granadas y armas sofisticadas, y el resultado es una verdadera masacre", añadió.

"Lo que no hizo la guerrilla lo hizo el Gobierno nacional", denunció Guarulla, quien difundió en Twitter fotos de cadáveres apilados en un rincón.

Pero, según Reverol, los efectivos que realizaron la requisa fueron recibidos por los internos "con armas largas y granadas", una veintena de las cuales estallaron durante los choques.

Sin dar cifras, el ministro reportó que algunos de los 37 fallecidos "fueron ajusticiados por un pran" -líder de presos-, que "tenía sometidos a algunos privados de libertad que querían deponer las armas". Agregó que algunos más murieron "producto de la onda expansiva y las esquirlas de las granadas" y otros por la acción de los agentes de seguridad, que según él respetaron el principio de "uso progresivo y diferenciado de la fuerza".

Agencia AFP y Ámbito Financiero

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