23 de agosto 2017 - 22:48

Una mirada al pasado violento

• MALENA SOLDA PROTAGONIZA DESDE EL LUNES LA TIRA "CUÉNTAME CÓMO PASÓ"
Basada en un formato de la Televisión Española, la serie de la TV Pública abarca el período que va de la muerte de Perón a la llegada de la democracia.

Cuéntame cómo pasó. En 80 capítulos con frecuencia diaria, la nueva serie de la TV Pública relata la vida de una familia de clase media baja en el Gran Buenos Aires, que se inicia el día de la muerte de Perón.
Cuéntame cómo pasó. En 80 capítulos con frecuencia diaria, la nueva serie de la TV Pública relata la vida de una familia de clase media baja en el Gran Buenos Aires, que se inicia el día de la muerte de Perón.
El éxito de "Cuéntame cómo pasó" en la Televisión Española se prolongó en varias adaptaciones, como la portuguesa y la italiana, y el lunes debutó en la TV Pública, en formato de tira diaria y 2.4 puntos de rating, esto es, el doble del promedio habitual de la emisora. La versión española comenzó (en la ficción) en 1975, con la muerte de Franco, y ya va por 1986, mientras en la Argentina, con guión de Marisa Grinstein y Liliana Escliar, serán 80 capítulos que empezaron en 1974, con la muerte de Perón, y llegarán hasta 1983, con el regreso de la democracia. Malena Solda y Nicolás Cabré son los padres de una familia de clase media baja del Gran Buenos Aires con tres hijos, interpretados por Candela Vetrano, Franco Masinik, Luca Fernández Ciatti. Leonor Manso es la abuela. El elenco se completa con Carola Reyna, Carlos Portaluppi, Ludovico Di Santo, Osvaldo Santoro, Mónica Scapparone y Esteban Meloni, entre otros. Va de lunes a jueves a las 22 y los viernes habrá un debate con por Teté Coustarot titulado "Cuéntame un poco más". Dialogamos con Malena Solda, quien además contó se prepara para trabajar el año próximo en el San Martín en una nueva puesta de "La tempestad", en coproducción con el British Council y dirección de la británica Penny Cherns.

P.: Debutaron con muy buen rating. ¿Cuánto pesa el encendido en una ficción del Estado, que no suele levantarse por bajos números?

M.S.: Estamos contentos con el rating que tuvimos y que la gente acompañe. Esa exigencia hace perder a veces la sensibilidad para desarrollar historias, y por eso el Estado debe proteger la ficción. Me parece que el problema no es que un programa dure un mes sino que no haya otra ficción argentina para reemplazarlo. Pero son las leyes del mercado en la TV.

P.: La serie llega hasta el 1983. ¿Queda abierta la puerta para abordar otros períodos de la historia reciente en otras temporadas?

M.S.: Sería demasiado para poder llegar a cubrirlas en esta etapa, y claro que queda abierto para seguir avanzando en otras temporadas.

P.: ¿Qué fue lo que más le impresionó de los diferentes momentos históricos?

M.S.: La muerte de Perón, la Triple A, el golpe de Estado. Es un período muy perverso de nuestra historia. En este caso la novedad es hacer de una madre que opera como la gran contemporizadora de ánimos, que busca siempre mantener unida a la familia, más allá de lo que suceda. Y está ese padre parco y machista, como motor y parte de esa clase trabajadora. Me resultó interesante ver cómo vivían ese imaginario y cómo construían los vínculos, en una época de mucho menos tolerancia.

P.: ¿Qué cuestiones de la cotidianeidad de esos tiempos pasados le llamaron la atención?

M.S.: El machismo en primer lugar y el papel de la mujer en la casa, la familia y la economía del hogar. Yo ya lo sabía, claro, pero encarnarlo en tantas escenas me hizo reflexionar sobre cuánto cambió la sociedad. Si comparo con la actualidad además hay una forma de relacionarse más desacartonada, una forma de vestirse menos formal. Como actriz, usar pollera y no pantalón hasta el capítulo 40, condiciona y marca una distancia respecto del presente.

P.: ¿En quién se inspiró o a quién consultó para encarnar a esa mujer de los 70?

M.S.: En nadie en particular, el maquillaje, el peinado, el vestuario ayudaron mucho en la construcción del personaje, en su forma de comportarse y relacionarse con sus hijos y su marido, pero lo creamos entre todos. A la vez, ese viaje a otra época inevitablemente me trajo recuerdos de mi familia; eran más formales, no eran tan demostrativos frente a los hijos. Mis padres o los de mis amigas no se besaban en la boca delante de nosotros. Tampoco se tuteaban con desconocidos.

P.: El director Jorge Bechara es el mismo de "Son de Fierro", "Campeones", "Gasoleros". ¿Le imprimió costumbrismo a esta serie histórica?

M.S.: No es el costumbrismo de Polka; tiene otro peso que Jorge sabe llevar bien, no es solemne por ser de época, se ve más natural, y tiene que ver con el código de actuación.

P.: La guionista Marisa Grinstein dijo que la serie española iba de la oscuridad a la luz y aquí es al revés.

M.S.: Claro, porque allá arranca cuando está por morir Franco y aquí es después de la muerte de Perón, la Triple A y la dictadura.

P.: ¿Vio las versiones de otros países? ¿Qué diferencias encuentra?

M.S.: Vi sólo el primer capítulo de la española y un backstage. Me interesó la relación planteada entre Antonio y Mercedes y las diferencias radican en que, al ser tira diaria, tiene otro formato y estructura de guión. Es más complejo para la producción que para los actores; por los saltos de época, tienen que estar atentos a que pasan los años, lo que implica un cambio de peluca, corte de pelo, etc. Cuando hago una tira nunca sé qué sucederá, uno va con lineamientos pero yo voy con la cabeza abierta. Sólo sabemos que durará diez años en la ficción.

P.: Cuenta con un despliegue infrecuente para la TV local, ¿cómo evalúa el estado de las ficciones en los canales abiertos?

M.S.: Muy pobre, espero que nuestra ficción ayude y anime a otros productores para seguir en este camino; que haya tanta ficción importada es muy malo, entiendo que para un productor es más barato pero no significa lo mismo una tira argentina que una extranjera.

P.: ¿Cómo repercute en su trabajo la formación actoral que recibió en Gran Bretaña?

M.S.: Lo siento en la forma de encarar y preparar el día de trabajo. Aunque haga teatro, cine o TV actúo de la misma manera. Aprendí que la actuación es un concepto integral que tiene que ver con la voz, el cuerpo y el texto, y que todo va junto. Hay actores que tienen disociado lo que dicen de lo que hacen, y para mí es todo lo contrario; pude aprender a actuar integralmente y trato de sumar la mayor cantidad de recursos, inclusive alguna acción física. Todo eso pasa por un plano inconsciente que adquirí, porque lo estudié. En resumen, se trata de estar presente, concentrada, no dispersa o con la mirada perdida, plantada.

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