11 de septiembre 2017 - 21:41

Apertura, proteccionismo e integración: cómo le fue a la región en 20 años

Qué reflexiones arroja la película “La Cordillera” en materia de relaciones económicas y diplomáticas en América latina

En la película "La Cordillera", Ricardo Darín interpreta a un presidente argentino que, durante una cumbre internacional, debe lidiar y negociar con las dos economías más fuertes de América latina: México y Brasil. Además, Estados Unidos mete la cola, para interferir y llevar agua para su molino.

El final es interesante, aunque para los espectadores no tan interesados en temas de política o economía puede resultar una película distante.

Los actores que intervienen -Brasil, México y Argentina- son economías fundamentales para la región y representan más del 80% de las exportaciones industriales de la región. Donald Trump presenta a México y China como grandes causas de los problemas económicos de Estados Unidos. El ciudadano promedio norteamericano se vio tentado con propuestas como el cierre de la frontera con México, y la modificación de las normas de comercio entre ambos países. Y Trump lo diagnostica que los trabajos que faltan para los robó México de dos maneras:

1) Por los inmigrantes mexicanos que ingresaron en Estados Unidos.

2) Por el traslado de las industrias nacidas en Estados Unidos hacia México en busca de menor costo de mano de obra para producir y luego exportar a Estados Unidos sin pagar aranceles de importación.

Por pedido de Trump, comenzó una renegociación del NAFTA, acuerdo de libre comercio que vincula a Estados Unidos y México con Canadá. Pero el argumento de Trump es muy discutible. Ver cómo le fue a México desde que nació el NAFTA en 1994 es una buena forma de dilucidar si el diagnóstico de Trump se acerca a la realidad. México creció un 1,2% anual entre 1994 y 2016. Muy similar al 1,1% de Brasil y Argentina, que también abrieron sus economías por esos años y firmaron con el Mercosur el tratado comercial más importante de América latina. Las tres economías más importantes de América latina, con políticas comerciales muy diferentes, tuvieron un crecimiento muy similar.

Los que más crecieron en la región fueron Panamá (4,4%), Perú (3,42%) y Chile (3,4%). Los tres tienen economías muy abiertas, poco industriales y comercialmente dinámicas. Para destacar: sólo Belice y Venezuela crecieron menos que México, Brasil y Argentina.

La potencia latina

México exporta más del doble que Brasil y está 13° en el ránking mundial de exportadores con ventas por 374.000 millones de dólares. Brasil exporta por US$ 185.000 millones, según el último informe de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Al firmar el acuerdo con Canadá y Estados Unidos, México abrió fuertemente su economía. Pero esto no representó una ventaja ante otros países similares de la región. Brasil, la segunda economía en tamaño, aplica una política proteccionista que tuvo una breve interrupción a comienzos de los 90 con el Mercosur, pero luego su sector industrial se terminó imponiendo en mantenerse cerrado. Su participación en el BRICS (acrónimo para Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) es más simbólica que efectiva en cuanto a ser un referente para la región en materia de transformaciones económicas.

La Argentina, en los 90, además de firmar el acuerdo con Uruguay, Paraguay y Brasil, bajó unilateralmente los aranceles a la importación y abrió su economía. Pero luego, como muestra nuestra historia, comenzó con una estrategia pendular, pasando de apertura indiscriminada a un fuerte proteccionismo. El resultado de las tres políticas muestra un bajo crecimiento comparado con otros países de la región.

En esos mismos períodos, Asia creció fuertemente, Europa tuvo vaivenes pero se fortaleció, y las principales economías de América latina perdieron protagonismo a nivel mundial. El diagnóstico muestra que nuestra región ejecutó políticas públicas que la alejaron del mundo, creció poco, y el desarrollo humano tampoco creció de manera relevante.

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