13 de septiembre 2017 - 00:00

Gremios declararon la guerra a la reforma laboral de Macron

París - Más de 200.000 personas marcharon ayer en Francia contra la polémica reforma laboral del presidente Emmanuel Macron, en la primera jornada de protestas que ponen a prueba su capacidad para reformar radicalmente la segunda economía europea.

Los sindicatos convocaron a cerca de 200 protestas en todo el país contra el decreto destinado a flexibilizar el mercado laboral, piedra angular del programa del mandatario liberal para doblegar un desempleo que alcanza casi el 10%.

La CGT cifró en alrededor de 400.000 los manifestantes que respondieron a su llamado en toda Francia, con 60.000 únicamente en París. La policía redujo la cifra en la capital francesa a 24.000. El Ministerio del Interior, por su parte, calculó que los participantes fueron unos 223.000.

Números aparte, el portavoz gubernamental, Christophe Castaner, reconoció que la movilización "tuvo cierto nivel", ante lo que afirmó que el Gobierno va a "escuchar los temores para dar respuestas".

La marcha en París fue interrumpida en varias ocasiones por enfrentamientos, a los que las fuerzas del orden respondieron empleando gases lacrimógenos y camiones hidrantes.

Los manifestantes retomaron masivamente en sus lemas una polémica declaración de Macron, que la semana pasada había advertido que "no cederá nada" ante "los vagos, los cínicos y los extremistas". En algunas pancartas se podía leer "Los vagos están en marcha" o "Macron, te jodiste, los vagos están en las calles".

En Marsella (sur), la policía contabilizó 7.500 manifestantes, mientras que los organizadores comunicaron la cifra de 60.000.

En el acto, el líder de la izquierda radical Jean-Luc Mélenchon, quien alzó como el principal opositor a Macron, prometió que "hará retroceder" al joven presidente de 39 años.

A las protestas se sumaron huelgas que afectaron al transporte. La Torre Eiffel permaneció abierta, pero los turistas podían subir únicamente hasta el segundo piso debido a que una parte del personal estaba en huelga.

Primer gran desafío de su mandato, la reforma laboral de Emmanuel Macron pretende reforzar el papel negociador de las empresas sobre las condiciones laborales y limitar las indemnizaciones por despido.

El objetivo de Macron es dar más flexibilidad a las empresas para impulsar las contrataciones y frenar el desempleo. La desocupación afecta al 9,5% de la población activa, frente a un promedio de 7,8% en Europa.

El presidente logró , romper el frente sindical, lo que hizo que solo la CGT, segundo sindicato del país, apoyara la huelga. Ni la CFDT, primera central obrera y de impronta reformistas, ni FO, potente en la función pública, se sumaron a la protesta, aunque muchos militantes de ambos sindicatos sí lo hicieron.

Agencias AFP y EFE

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