Mar del Plata (Enviado Especial) - La reforma laboral y el método que utilizará el Gobierno para implementarla, se coló en cada una de las conversaciones de pasillo en el Coloquio de IDEA. Gradual y por sectores, no al modo brasileño, pareció ser la apuesta coincidente sobre el plan que el oficialismo aspira a proyectar luego de las elecciones. Cierto grado de consenso quedó en evidencia ayer con la presencia del sindicalismo en el encuentro empresario. La firma de convenios por sector productivo y contemplando particularidades es algo que en off cada uno de los gremialistas reconoció como viable. El modelo para la Casa Rosada continua siendo el rubricado para Vaca Muerta, que se convirtió en el símbolo de ese tipo de pactos para ganar competitividad. Si el oficialismo busca replicar cuestiones similares, la CGT no vería mal que fuese acotada en sus alcances. Guillermo Pereyra dirigente sindical de los petroleros privados y garante del acuerdo inaugural fue uno de los más consultados en la jornada en la que dieron presente otros dirigentes sindicales como Gerardo Martinez, satisfecho con la posibilidad de que la nueva ley de inversión público/privada derive en aumento de la construcción. Ante la consulta sobre si post octubre debería aguardarse una reforma similar a la llevada a cabo en Brasil, los CEO se atajaban desechando la posibilidad atado al propio anuncio del Gobierno sobre que no intentaría emularla en los mismos para metros. La sugerencia de los hombres de negocios era que no solo debía ser un asunto integral, sino ademas considerar la presión tributaria en cuanto a cargas sociales. No en términos de salario, pero si de condiciones de contratación y despido. La denominada industria del juicio también cosechó su propio capítulo en los comentarios vinculados a la justicia laboral. Por eso saludaron los recientes fallos de la Corte que apuntaron a acotar ese margen de los jueces del Trabajo.
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