5 de diciembre 2017 - 22:45

Orsanic, de la hazaña al descenso en la Davis, sin escalas: "No tengo ninguna espina"

Orsanic, de la hazaña al descenso en la Davis, sin escalas: No tengo ninguna espina
Argentina tuvo que bucear casi un siglo entre alegrías y amarguras para poder conquistar la Copa Davis. Fueron 95 años de historia de competencias que se encumbraron en la felicidad del título logrado en Croacia a fines de 2016, pero que en febrero y septiembre de este año se transformó en desazón. El capitán Daniel Orsanic fue gran protagonista, en medio del sol y la tormenta, y sigue estoico, pese al descenso.

"El balance es muy positivo, más allá de los resultados deportivos. A lo largo de estos tres años pudimos transmitir lo que queríamos, una imagen de equilibrio, respeto, que el tenis sea un lugar propicio para que los chicos jueguen. No tengo ninguna espina, sino la tranquilidad de que hicimos las cosas de la misma manera", reflexiona el también Director de Desarrollo del tenis nacional.

Orsanic recibió a ámbito.com en el Cenard, el lugar máximo del desarrollo deportivo en el país. Casi pegado al Monumental están las canchas de cemento que constituyen el centro de alto rendimiento del tenis nacional. Entre idas y vueltas, saludos a fanáticos y otros atletas nacionales, el capitán evalúa sobre su paso más inmediato: su continuidad al frente del equipo nacional.

"Tengo el apoyo de los dirigentes. Falta seguir hablando con los jugadores para saber qué objetivos tienen. Yo tengo el desafío deportivo de querer volver al Grupo Mundial, y además el honor que significa estar al frente de un equipo de Copa Davis, pero quiero saber qué plantel tengo", argumenta, aunque no quiere descuidar otro aspecto: "Debemos transmitir que es el mismo orgullo, responsabilidad e ilusión representar al país, cualquiera sea la categoría".

La decisión final, desde su lado y el de Mariano Hood, el subcapitán, se conocerá en los próximos días. Lo que sí le adelantó el ex tenista formado en el club Agronomía a este medio es su intención de continuar como Director de Desarrollo, el área donde se forjan las futuras camadas.

A comienzo de abril del año que viene, Argentina vivirá una situación inédita en más de 15 temporadas. Todavía sin rival (se definirá en febrero entre Chile y Ecuador), volverá a jugar la Zona Americana, tras caer en septiembre pasado en Kazajstán. Pocos días después, la Asociación de Tenis nacional se embarcará en un proceso eleccionario que, por el momento tiene dos caras bien visibles y conocidas.

El primero en lanzarse a la carrera electoral fue el cordobés Agustín Calleri, ex miembro de la Legión y exponente de la oposición con duras críticas a quienes todavía conducen al ente rector. Luego llegó la noticia de la presentación de José Luis Clerc, histórico jugador de fines de los 70 y la década de los 80, mayormente cercano a la actual gestión. Si bien ninguno se pronunció sobre la capitanía del equipo de varones, Orsanic mostró sus diferencias con el proceder del nacido en La Docta.

"El lugar donde uno critica muestra la intención. Si yo quiero solucionar, y tengo tu teléfono, te llamo. Ahora, si escribo en redes sociales y critico en público, muestro que no quiero mejorar sino criticar. Eso no lo respeto. Todo el mundo que quiera colaborar es bienvenido", marca con seriedad el porteño de 48 años.

Las elecciones en AAT, dice, no lo afectan porque "me ocupo de la tarea que me corresponde a mí", al mismo tiempo que propone que "lo mejor es hablar con acciones y la asociación debe mejorar contando lo que hace".

Como referente de la formación de los próximos tenistas, la situación vivida con el presupuesto del Enard no le es ajena y defendió a ultranza al ente, cuya creación calificó como "buena" y que "viene funcionando muy bien porque no tiene tanta burocracia".

"El apoyo que recibe la AAT del Enard y la Secretaría de Deportes es mucho, aun cuando no es todo lo que necesitamos o deseamos, pero sin estas ayudas, sería imposible. El tenis necesita flexibilidad, por fechas, cambios de pasajes, y ahí estuvieron ellos", explicó Orsanic.

Entre decisiones, algunas dudas y otras certezas, finaliza un 2017 intempestivo para el capitán argentino. Su énfasis y pasión por el deporte lo lleva a pedir más apoyo todavía por los beneficios para chicos y grandes, sabiendo que en ese crecimiento de practicantes puede estar el futuro del tenis argentino.

También queda en su mente la decisión de continuar o no al frente del equipo nacional, el mismo que hace año tocó el cielo tan deseado y ahora tiene que reinventarse para lidiar con una categoría que parecía lejana. En medio, las elecciones que pueden modificar el rumbo del deporte blanco en nuestro país. Pero no la visión y filosofía de Orsanic. Para entonces, Argentina, con la continuidad del único capitán campeón o sin él, deberá iniciar el regreso a la elite.

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