15 de diciembre 2017 - 23:42

"Gobierno tiene que decir la verdad: la economía no marcha, hay agujero fiscal y el plan no da señales positivas"

Juan Carlos Schmid
Juan Carlos Schmid
El integrante de la cúpula de la CGT, Juan Carlos Schmid, reiteró que la central sindical "rechaza en todos los términos" el proyecto de reforma previsional que no pudo ser debatido en la Cámara de Diputados. "Desde hace 30 o 40 años, los jubilados son el botín de las distintas administraciones y pagan los platos rotos de todas las cuestiones", afirmó.

"Si se habla de reforma tiene que tener otro tratamiento, como ver de dónde salen los recursos, los plazos, cómo se reemplazan las partidas y acá solo se habla lisa y llanamente de una rebaja sobre el universo jubilatorio", sostuvo el titular del sindicato de Dragado y Balizamiento.

"Todo el mundo pone los números sobre la mesa y no hay dimensión humana", cuestionó el dirigente al comparar las políticas económicas con el caramelo "media hora", donde "le dan un caramelo, la gente se endulza, cree que realmente puede volver a resolver las cuestiones, después (el caramelo) se termina y aparece el gusto amargo de nuevo".

Según Schmid, el Gobierno "se tiene que sentar y decir la verdad, decir que la economía no marcha, que tenemos un agujero fiscal de esta naturaleza y que el programa económico no está dando señales positivas".

"A partir de allí, podríamos ver a dónde ir", planteó el integrante del triunvirato que conduce la CGT, que había llamado a un paro general de 24 horas en caso de que concretara la sanción de la reforma previsional. "Estoy seguro de que la raya no puede pasar por los jubilados", sintetizó el dirigente, quien criticó a la dirigencia política porque "no imaginan otra cosa en vez de agarrarse de los más vulnerables de la sociedad". La medida de fuerza ahora quedó en stand by.

Sobre el violento operativo desplegado por las fuerzas de seguridad, Schmid reclamó que "no sea el garrote la salida" y advirtió que el jueves "aeronáuticos, portuarios, metalúrgicos y judiciales fueron reprimidos a tres o cuatro cuadras del perímetro del Congreso".

"El gobierno tiene que revisar su política de seguridad porque la lógica parece ser 'primero tiro y después pregunto'", recomendó Schmid.

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