22 de diciembre 2017 - 23:47

Lo que se dice en las mesas

• Fin de año caldeado deja brindis amargo pero con pronóstico esperanzador. • Muy conversado el tema cupón PBI. Sigue el “blockchain way”. • Enero de ajuste y vacaciones exprés. • Emerge grieta académica con rumores de presiones políticas. Vienen los bond vigilantes por pruebas de amor.

¿Por quién vienen?.Los bonds vigilantes ahora quieren más pruebas de amor, no simples gestos de gradualismo fiscal. Clave para el 2018.
¿Por quién vienen?.Los bonds vigilantes ahora quieren más pruebas de amor, no simples gestos de gradualismo fiscal. Clave para el 2018.
Cócteles y ágapes medidos cierran el fin de año con cierto sabor amargo tras la reciente convulsión social y política. Hora de hacer cuentas, de barajar y dar de nuevo y repensar el escenario 2018. Porque cuando todo indicaba que Santa Clauss traía la bolsa llena de regalos para el Gobierno triunfante en el campo electoral, varios presentes fueron quedando en el camino. Pocos descuentan que el 2018 será otro año de crecimiento. En las mesas de operaciones los informes de los gurúes dan cuenta que el próximo año se volverán a encadenar dos años consecutivos de crecimiento, algo que no se veía desde 2010/11. Se romperá así el funesto ciclo de año par e impar, vinculado al año electoral. No vislumbran un año para el descorche e incluso tampoco para la cofradía de los cuponeros. Claro que como reconoció un economista anfitrión de un banco de inversión norteamericano en un roadshow con fondos extranjeros: "hay muchas fichas puestas en el upgrade que en el segundo trimestre podría obtener Argentina al pasar de frontera a emergente para el MSCI". En ese caso las acciones argentinas estarán de parabienes. Posible tsunami, dado lo pequeño del mercado doméstico. Aunque se esperan más salidas a la Bolsa.

"Revivieron los cupones ligados al crecimiento", lanzó en un asado sanisidrense un hombre del BCRA que apuesta como sus colegas de Hacienda que en 2017 se crecerá 3% y otro tanto en 2018. Para el mercado está muy conversado el tema. De ahí los vaivenes de su cotización: 2% abajo, 2% arriba al son de los rumores y los informes del INDEC. Lo cierto es que para pagar este año el cuarto trimestre el PBI debería volar bien por encima del 4%. Muchas dudas. Lo cierto es que la Logia cuponera, esta vez, lo mira de afuera. Nada que ver con las criptodivisas que retrocedieron de máximos pero siguen coqueteando a niveles astronómicos. La moda del "blockchain" se desparrama sobre todo. Un operador de la vieja guardia trajo a los postres el caso del fabricante especializado en bebidas premium Long Island Iced Tea que cambio su nombre a Long Blockchain. Tras el anuncio las acciones, que cotizan en el NASDAQ, subieron más de un 200%.

Funcionarios ya brindan con un pie en el avión para irse de vacaciones apenas desde la Rosada miren para la Patagonia. Para muchos serán vacaciones exprés porque en la primera parte de enero deben diseñar el recorte de cargos políticos y algunos jerárquicos. Como todo fin de año circulan rumores sobre cambios en todos los ministerios. "Lo cierto es que el presidente Macri ordenó activar la cosa, ve todo muy parado, sobre todo en las áreas vinculadas a la lluvia de inversiones. Rodarán varias cabezas, incluso mandos medios", adelantó un amigo cercano al exalumno del Newman. "Todos le pegan a Federico (Sturzenegger) e incluso empezaron a apostar al dólar. Hay tasa para todo el verano en esta pulseada. Algo subirá el billete, normal para esta época del año, más allá del ruido político", opinaba en voz alta en medio del ágape en la embajada de EE.UU. "Si, mucha cobertura, pero más cierre de posiciones para volver el 1 de enero. El dólar se cae afuera, más con el triunfo de Trump (reforma impositiva) que implica más deuda. Y aunque esto sea Argentina que rebate la ley de gravedad, está claro que el tipo de cambio se apreciará en 2018, es uno de los futuros debates", replicaba un hombre de Finanzas.

Cuando se estaba calmando el clima luego de los incidentes del Congreso surgió otra grieta y una nueva guerra de guerrilla tuitera. Es que trascendió que un conocido profesor de finanzas de la universidad, que hoy es la estrella del firmamento oficial, habría sido desplazado a raíz de sus recientes críticas a la política económica de Cambiemos. Pero todo se enervó más aún cuando trascendió que desde un despacho oficial del microcentro porteño se pidió el desplazamiento. Penoso. Los que se desplazan hacia estas costas son varios bond vigilantes, quienes dirimen la suerte de la deuda soberana en los diferentes países y mercados. Como si fueran la tropa del Imperio de Stars Wars, quieren ver pruebas de amor fiscales para garantizar financiamiento. Por ello desde Hacienda se esmeran por mostrar déficits menores a la meta. Ampliaremos.

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