18 de enero 2018 - 00:00

Perú espera con más fervor (y con una crisis política)

Se espera que un millón y medio de personas acuda a una de sus misas, lejos de la convulsión que marcó su viaje al país vecino.

Lima - El papa Francisco llegará hoy a un Perú entusiasmado en su fervor religioso y en donde se espera un seguimiento masivo de su visita apostólica, que por otro lado se confía que sirva para atenuar la convulsa situación política que vive el país y que afecta tanto al Gobierno como a la oposición.

Tanto las autoridades como la ciudadanía se volcaron a recibir al líder de la Iglesia católica y en convertir en un éxito una visita apostólica de tres días centrada en reafirmar la defensa del medioambiente y los indígenas, así como en incidir en la santidad de los creyentes.

El mayor ejemplo de este entusiasmo son los cálculos hechos ayer mismo por el propio presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, quien estimó que un millón y medio de personas acudirá el próximo domingo a la misa con la que Francisco cerrará su visita al país en la base aérea de Las Palmas de Lima.

Otro ejemplo de la popularidad del viaje lo constituye los más de dos millones de remeras y gorras con mensajes de bienvenida al religioso argentino que se los responsables del emporio textil limeño de Gamarra confían que se venderán entre el 18 y el 21 de enero.

No se espera por tanto que haya ningún movimiento masivo contra la visita, aunque sí habrá reclamos de víctimas de abusos sexuales por parte del clero, tal y como sucedió en Chile.

Precisamente, el papa ordenó intervenir la organización católica peruana Sodalicio de Vida Cristiana justo antes de emprender este viaje a la región, en respuesta a las graves denuncias de abusos cometidos por su fundador, Luis Fernando Figari, quien reside en Roma.

El viaje del pontífice llega eso sí en una situación complicada para la clase política peruana, marcada por el escándalo de corrupción de la compañía brasileña Odebrecht y por el polémico indulto que Kuczynski otorgó al exmandatario Alberto Fujimori, condenado a 25 años de prisión por violaciones a los derechos humanos durante su mandato (1990-2000).

Kuczynski, cuya permanencia en el cargo estuvo en entredicho hace menos de un mes a instancias del partido opositor fujimorista Fuerza Popular, también se ha expresado pidiendo que la visita "ponga nuevamente en el camino de la paz y el diálogo" a los peruanos.

La crisis política obligó a Kuczynski a reformar su Gobierno y pedir por la "reconciliación", algo que no parece haber arrancado con buen pie, ya que las críticas no han cesado de arreciar.

Esa necesidad de paz y diálogo no solo afecta a la administración con la oposición, sino también a los propios fujimoristas, cuyas dos principales figuras, los hijos del expresidente Fujimori, Keiko y Kenji, están cada vez más enfrentados y el partido amenaza con escindirse.

Kuczynski tiene planeado asistir a las actividades que cumplirá el papa en Puerto Maldonado, Trujillo y Lima, y además mantendrá el viernes por la tarde un encuentro privado con él en el Palacio de Gobierno de la capital peruana.

Más allá de estos temas, la visita de Francisco incidirá en los temas ya previstos, como la situación y los problemas de los pueblos indígenas, que se afrontarán particularmente en el desplazamiento que el papa hará a Puerto Maldonado, en el corazón de la selva amazónica.

El cambio climático y las amenazas ambientales, otro de los ejes del viaje, atenderán en la norteña ciudad de Trujillo, azotada el año pasado por los embates del fenómeno del Niño Costero, en la que Francisco visitará el barrio de Buenos Aires, devastado por las inundaciones.

Agencia EFE

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