19 de enero 2018 - 23:04

Ola tumbera en gremios precalienta el conflicto por la paritaria docente

• EL PRIMER ESCENARIO 2018 DE TENSIÓN POLÍTICA Y SOCIAL CON LOS SINDICATOS
Mauricio Macri recibió ayer a Alejandro Finocchiaro, Ministro de Educación de la Nación. Primer gesto de distensión con un cacique de la CGT. El Presidente fue a La Matanza y comió choripán.

Asado. Macri visitó ayer el Mercado Central y después se reunió con Finocchiario, referente de Cambiemos para arrebatarle a la kirchnerista Verónica Magario la intendencia del municipio más poblado del conurbano.
Asado. Macri visitó ayer el Mercado Central y después se reunió con Finocchiario, referente de Cambiemos para arrebatarle a la kirchnerista Verónica Magario la intendencia del municipio más poblado del conurbano.
"Los sindicatos tiene cada vez menos representatividad y poder de fuego. Se desgastan solos y el frente judicial los tiene este año más complicados que nunca". En Casa Rosada ya palpitan el primer conflicto social del año, la paritaria docente. Los arrestos de Omar "Caballo" Suárez (SOMU), Juan Pablo "Pata" Medina (UOCRA), Marcelo Balcedo (SOEME) y la denuncia de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC) a Hugo y Pablo Moyano por presunto lavado de dinero llevaron al oficialismo a redoblar la apuesta de cara a la negociación salarial docente, el primer y repetitivo foco de tensión social y política del año calendario que enfrenta al gobierno de María Eugenia Vidal, y del resto de las provincias, con los gremios.

Mauricio Macri ayer se fundió en un paisaje típicamente peronista. Compartió un asado con puesteros y trabajadores del Mercado Central en la localidad de Tapiales, en La Matanza. Ese municipio, fortaleza electoral por ahora impenetrable para Cambiemos, tiene como referente 2019 al actual Ministro de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro a quien el Presidente recibió por la tarde en su despacho. Oficialmente informaron que se trató de una reunión de "seguimiento" pero también se repasó el decreto firmado esta semana que le quita poder a la Ctera y sepulta definitivamente la "paritaria nacional docente". Cada provincia deberá suscribir acuerdos salariales descentralizados con sus docentes sin la intervención de Nación.

El año pasado, Vidal enfrentó un conflicto de cuatro meses con 17 días de paro que tuvo a Ricardo Baradel como archinémesis de la gobernadora. Esa tensión por la pelea salarial fue el preludio de la campaña para las elecciones legislativas que tenían a Esteban Bullrich, entonces Ministro de Educación de la Nación, y a Finocchiaro, en el plano bonaerense, como las destinatarios directos del reclamo. Si bien los sindicatos lograron perforar el techo del 20% que había fijado el gobierno para la paritaria, tanto Bullrich como Finocchiaro salieron fortalecidos. Bullrich derrotó a Cristina de Kirchner en provincia de Buenos Aires. Y Finocchiaro gozó de un up grade político al pasar de la administración bonaerense al Gabinete de Marcos Peña.

Para este año, la Casa Rosada espera el mismo nivel de virulencia y conflictividad a partir del reclamo docente, con epicentro en la provincia de Buenos Aires. Pero la ola "tumbera" que azota a los gremialistas, por ahora todas figuras satelitales, juega como una ventaja comparativa a la hora de resistir el reclamo y la negociación ante los sindicatos.

"Fino", como apodan al Ministro de Educación de la Nación y referente de Cambiemos en La Matanza, es la apuesta del oficialismo para desbancar a Verónica Magario de la intendencia de La Matanza. La bajada de Macri al Mercado Central responde a dos estrategias. Intentar levantar la imagen del Gobierno después de la caída de entre 7 y 10 puntos por el stress legislativo y social que generó la sanción del nuevo cálculo jubilatorio. Y además debilitar al dúo matancero kirchnerista de Magario-Fernando Espinoza en medio del cambio de aire en el PJ bonaerense. El ala dialoguista de los intendentes encabezada por Gustavo Menéndez (Merlo) y Fernando Gray (Esteban Echeverría) desplazó a Espinoza de la jefatura del partido y abrió un proceso de reconciliación con dirigentes enfrentados a Cristina de Kirchner como Sergio Massa y Florencio Randazzo.

En medio de este contexto de tensión con el triunvirato de la CGT, responsable del veto a la reforma laboral que impulsaba el oficialismo en el Congreso, Luis Barrionuevo le preparó ayer un asado a Moyano, Carlos Acuña y Juan Carlos Schmid en Mar del Plata. Pero en Capital Federal apareció el primer gesto de distensión del Gobierno nacional con un cacique gremial. Con Jorge Triaca de vacaciones, el subsecretario de Trabajo, Industria y Comercio, Ezequiel Jarvis y el secretario general de la Unión de Obreros Metalúrgicos (UOM), Antonio Calo, firmaron un convenio de colaboración. Jarvis agradeció a Caló, ex jefe de la central obrera en el último tramo del kirchnerismo, "por la buena predisposición para trabajar en forma conjunta".

En Casa Rosada ya dan por cerrado el caso Triaca. El Presidente lo considera uno de los ministros de mayor confianza y no está dispuesto a entregarlo en medio de la pulseada sorda con los Moyano y el triunvirato.

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