9 de febrero 2018 - 21:16

Economías regionales, en jaque

LAS ACTIVIDADES EXTRAPAMPEANAS NO LOGRAN SALIR A FLOTE - La performance exportadora de este segmento volvió a caer en 2017. La suba en los precios de algunos productos enmascaró el retroceso del volumen enviado al exterior. Cómo sigue el negocio.

Uva. La vitivinicultura cerró un 2017 muy complicado, con menos envíos al exterior y un marcado retroceso en el consumo interno. Para este año se espera una mejor campaña productiva.
Uva. La vitivinicultura cerró un 2017 muy complicado, con menos envíos al exterior y un marcado retroceso en el consumo interno. Para este año se espera una mejor campaña productiva.
Difíciles de caracterizar por la amplitud de rubros que abarcan y la variedad de zonas en las que se incluyen, las economías regionales se caracterizan, en general, por su alta concentración y, especialmente, por no desarrollarse casi en la Pampa Húmeda, salvo honrosas excepciones. Y es por esta misma razón que sufren muy intensamente uno de los mayores males de la época para la producción: la distancia. También, al ser más intensivas y concentradas estas actividades están más sometidas a los rigores climáticos como tornados, granizos, o heladas que golpean con intensidad en zonas puntuales.

De acuerdo con el último informe de la Fundación Mediterránea, la performance exportadora de este conjunto volvió a caer en 2017 un 2%, por lo que totalizaron los u$s5.127 millones, aunque el precio promedio fue 6% superior al de 2016 lejos, sin embargo, del pico de valores de 2014.

Para Juan Manuel Garzón, encargado del análisis, la suba de los precios enmascaró en parte, una caída de los volúmenes que rondaría el 8%-9% y esto, a su vez, incidió en forma directa y plena en las exportaciones. El dato no puede extrañar. •

Enmarcadas en las generales de la ley, todas estas actividades productivas que identifican a distintas regiones del país (la viticultura, olivos, madera, frutas, citrus, etc.) donde, generalmente, se hace el proceso completo de la cadena, en más de un caso son prácticamente la única actividad de la zona, o de la región, lo que hace que cobren una relevancia socio-económica particular. Pero, como ya se mencionó, además de las subas de costos, del nivel del tipo de cambio, de las cargas laborales (que en estos rubros son más pesadas aún ya que son más intensivas), o de los aumentos de impuestos que afectan a todos por igual, en estos casos deben afrontar, casi mayoritariamente, largos fletes para llegar a puertos de exportación, lo que en muchos casos los saca de competencia.

"El negocio de exportación es poco atractivo hoy. Sacando los productos que venían muy castigados por el kirchnerismo, como la carne vacuna y el trigo, el resto está muy planchado", reconoce Garzón, quien, además, señala que aún falta volumen de inversiones para manifestar el verdadero potencial productivo.

Maní y limón. Ambos productos muestran buenos valores de exportación, pero terminaron el año pasado con un baja en la cantidad de producto exportado.

Pero el tema no es nuevo. De hecho, en el informe periódico de la Mediterránea, donde se sigue la evolución de la última década (2007), Garzón-Bullano destacan:

• En 18 de 26 cadenas estudiadas (economías regionales, encadenamientos pecuarios y cadenas de granos), Argentina no pudo seguirle el ritmo al comercio mundial, resignando participación de mercado. Los ajustes más fuertes se encuentran en carne bovina (reduce en un 41% su market share), trigo (-49%), girasol (-67%), sorgo (-52%), miel (-42%), hortalizas (-40%) y foresto industria (-38%).

• En el retroceso de las exportaciones argentinas en el comercio mundial de productos agroindustriales contribuyeron factores varios, entre ellos: a) la fuerte apreciación que muestra el tipo de cambio real en el período (de un 35% en relación al dólar); b) un "modelo de desarrollo" que castigó a partir de distintos instrumentos la exportación de materias primas agrícolas y de determinados alimentos; c) la inacción política (consecuente) en materia de facilitación e integración comercial en un contexto activo de acuerdos por parte de competidores; d) elevados costos de transporte y logísticos, no sólo por la apreciación cambiaria, sino también por problemas específicos asociados a estos mercados; e) la presencia de países muy competitivos en distintos mercados de commodities y alimentos (Brasil en soja; China en miel, foresto y maní; Nueza Zelanda en lácteos y miel; India en carne bovina; etc.).

• Se estima que con sólo haber acompañado el crecimiento del mercado mundial, las exportaciones agroindustriales serían actualmente entre un 12,1% y un 33,0% superiores a las que efectivamente se observan (según el supuesto que se considere y dado el comercio mundial 2015/2016). Es decir que por la pérdida de participación en los mercados agroindustriales, la Argentina está resignando un flujo anual de divisas de entre u$s4.148 millones y u$s11.259 millones.

El dato es significativo, y mucho más si se considera que en varios casos estas actividades son casi excluyentes en cada una de sus zonas, y también como fuente de mano de obra ocupada. Lo que indica que duplicar, o triplicar, los montos exportados como se consigna en el informe de ayer, representaría también un incremento importante de fuentes de trabajo y una significativa reactivación económica "genuina" a lo largo del país.

Sin embargo, a pesar de las expectativas iniciales hace dos años, cuando cambió el Gobierno, el salto productivo sigue sin producirse y, en el caso de las "regionales", afectadas adicionalmente por la mayor incidencia de la mano de obra y de los largos fletes que sólo tendrían una rebaja sustancial cuando se recompongan las vías férreas, sistema de transporte de cargas mucho más barato que el camionero (incluidos los bi-trenes).

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