16 de febrero 2018 - 10:22
Volvió la leyenda: a un año de su último show, Charly García se presentó en el Teatro Coliseo
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En lo que significó el retorno formal a los escenarios, a casi un año de su último show, Charly García mostró, en el Teatro Coliseo de esta ciudad, que es capaz de ofrecer un concierto a la altura de su leyenda, al mostrarse en buena forma musical y con la capacidad intacta de conmover al público con un irreprochable repertorio.
Charly estuvo acompañado por Fabián "El Zorrito" Quintiero, en teclados; los chilenos Kuige Hayashida, en guitarra; Carlos González, en bajo; y Toño Silva, en batería; y Rosario Ortega, en coros.
Mientras que el astro se ocupó de trabajar distintos sonidos y sutiles arreglos con sus teclados, en muchos casos con una tendencia a crear determinados climas; "El Zorrito" aportó las bases, junto al resto de la banda, a excepción de Hayashida, quien tuvo sus momentos destacados en la introducción de "Rivalidad", "Fanky", el famoso fraseo final en "Yendo de la cama al living" y los solos en "Demoliendo hoteles".
En tal sentido, la banda mostró una excesiva prolijidad en el primer tramo del show y ganó en intensidad cuando se fue soltando con el correr del concierto. En cambio, a Rosario Ortega pareciera no calzarle del todo bien la ropa de apoyo vocal de Charly, si se la compara con antiguas parteneires del artista, además de tapar en vez de complementar la voz de la principal figura.
Ocurre que si bien las dotes vocales de Charly no son las mejores en este momento, a veces su expresividad e intencionalidades son más eficientes que un gran caudal, tal como quedó demostrado en "Los dinosaurios".
Ante una audiencia por demás excitada ante la presencia de su ídolo, el hombre del bigote bicolor abrió el juego con "Instituciones", toda una osadía si se tiene en cuenta la complejidad de esta pieza. De inmediato vinieron los guiños para que la gente sume su voz con "Cerca de la revolución" y "La máquina de ser feliz", además de una seguidilla que incluyó "King Kong", "Lluvia", "Rezo por vos", "Otro" y la celebrada "Reloj de plastilina".
Siguieron "Rivalidad", Yendo de la cama al living", "In the city that never sleeps", una descolorida "Me siento mucho mejor" que se salvó por el coro generalizado y porque la sucedió "Promesas sobre el bidet", acaso la contracara al convertirse en una de las interpretaciones más felices de la noche.
Una descomunal versión de "Demoliendo hoteles" marcó un falso final, para que los bises abrieran con "Los Dinosaurios", dos canciones que dejaron en evidencia la capacidad de Charly para resumir en pocas palabras momentos cruciales de la historia argentina reciente.
"No importa", "Fanky" y "Nos siguen pegando abajo" marcaron un cierre bien arriba, con coros generalizados y una audiencia que no se resignaba a despedir a su ídolo, tal como quedó demostrado en los largos minutos que se negó a despejar la sala y continuó entonando varios éxitos que no fueron parte del listado de esta noche.
Más allá de esto, ninguno de los presentes en el Teatro Coliseo pudo sentirse defraudado ante la gratamente sorpresiva performance ofrecida por la última figura rutilante que queda en pie en nuestro rock.
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