5 de marzo 2018 - 00:11

Qué hay detrás de la pelea del Gobierno con los empresarios

Francisco Cabrera.
Francisco Cabrera.
La Fiesta de la Vendimia fue el marco en el que se puso en evidencia la brecha que existe entre el Gobierno y el empresariado (o al menos una buena parte del mismo). Nunca antes la administración de Mauricio Macri se había enfrentado tanto con el sector patronal. La voz cantante la tuvo el ministro de la Producción, Francisco Cabrera, que, remarcó la necesidad de que algunos empresarios "se dejen de llorar", "se pongan a invertir y a competir" y generen una "agenda seria". No se quedó atrás el jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien consideró que "todavía le está costando encontrar la voz al sector empresario" y los invitó a "que se diga en público lo que se dice en privado".

Estas expresiones, que para algunos fueron explosiones verbales, son la punta del iceberg de un malestar que se viene gestando casi desde el mismo momento en que Cambiemos tomó las riendas del manejo del país. En fuentes de la Casa Rosada se sostiene que Macri asumió el Gobierno con la expectativa que, tratándose de un hombre surgido de las filas empresarias, iba a contar con un fuerte apoyo de este sector.

No lo van a decir en público, pero el ambiente que se respira en la Casa Rosada es de "decepción" con la actitud que están percibiendo de la mayor parte del empresariado. En el Gobierno creen que es mucho lo que están poniendo en juego al animarse a cumplir una función pública, cuando no pocos de los funcionarios podrían tener ingresos mayores, más seguros y con menos riesgos continuando con sus actividades en el sector privado. Peor aún, ejemplifican alguno de ellos, como el ministro Luis "Toto" Caputo, recibió amenazas personales por su firmeza en el enfrentamiento con el sector sindical.

Pero no se trata sólo de las más altas autoridades. En el Gobierno señalan que sectores políticos medios también están sufriendo perjuicios en sus negocios personales, como por ejemplo no poder recibir fondos de la banca oficial, simplemente por cumplir con cargos públicos.

En medios de la Presidencia señalan que "no han sido correspondidos por buena parte del sector empresario, que no ha puesto el hombro como debería y que pretende seguir ganando dinero como antes" (en referencia a la gestión del kirchnerismo).

En su pensamiento, Macri -sostienen en su entorno- considera que toda la dirigencia, no sólo la patronal, debe renovarse. Sin embargo, observan que en el caso de los empresarios, "son siempre las mismas figuras que andan dando vueltas".

En el Gobierno se manifiestan convencidos de la necesidad de reformular la relación entre el Estado y los empresarios, en este contexto es que están tomando decisiones como hacer más competitiva la compra de medicamentos por parte del sector púbico, "evitando la cartelización en la provisión de los laboratorios".

Y también creen que los empresarios deben hacer un mayor esfuerzo para competir. En este sentido, una aplicación más intensa de los mecanismos de defensa de la competencia sería el principal instrumento.

Pero lo que más preocupa al Gobierno, y de ahí el énfasis que Marcos Peña puso en el tema, es no tener un interlocutor desde el frente empresario, al menos de la talla que le gustaría. En el entorno presidencial se quejan de "la falta de un líder que sea capaz no sólo de representar a los empresarios, sino también de tener una visión más amplia y acompañar los cambios que impulsa el gobierno", argumentan.

Desde el sector empresario se reconoce la actitud dialoguista de la administración Macri, a la que diferencian claramente, desde este punto de vista, con su antecesora Cristina Fernández de Kirchner. Pero esto no quita que para más de un empresario, según señalan en privado, el gobierno no tenga en más de una oportunidad "una visión sesgada y a veces soberbia".

La Fiesta de la Vendimia también fue un botón de muestra en esta materia. Dirigentes de la industria vitivinícola dicen que plantearon en reiteradas oportunidades al gobierno la necesidad de llevar al encuentro "alguna medida oficial, como bien podría ser un aumento de los reintegros a la exportación de vinos, para calmar los ánimos del sector, tras años que fueron difíciles".

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