22 de marzo 2018 - 00:00

Macri desaira a aliados y nomina a Weinberg para la Procuración

Titular de Tribunal Superior de Justicia porteño se impuso como candidata “in pectore”. Apuesta deja de lado a los aspirantes de Comodoro Py. Cuestionan perfil para implementación de Código Procesal.

Elegida. El 22 de enero, Ámbito Financiero adelantó que si fuera por Mauricio Macri la elegida para la Procuración sería Inés Weinberg de Roca.
Elegida. El 22 de enero, Ámbito Financiero adelantó que si fuera por Mauricio Macri la elegida para la Procuración sería Inés Weinberg de Roca.
Mauricio Macri pateó el tablero y anunció la nominación de la jueza Inés Weinberg de Roca como su candidata a la Procuración General, en el lugar que dejó la renunciante Alejandra Gils Carbó. Contra todos los pronósticos que esperaban una propuesta negociada con la oposición (de la que necesita sumar dos tercios de los votos en el Senado), el Presidente avanzó con su propio instinto para elegir a la actual titular del Superior Tribunal de Justicia (TSJ) de la Ciudad de Buenos Aires, lugar al que él mismo la había catapultado durante su gestión como jefe de Gobierno. Como anticipó Ámbito Financiero el 22 de enero pasado, de la danza de nombres que giraban para ocupar la jefatura de los fiscales, solo Macri tenía desde un principio "in pectore" a la excamarista en lo Contencioso Administrativo y Tributario porteña. La jugada es de riesgo: al mismo tiempo que desaira las aspiraciones que tenía el PJ, deja con las manos vacías a Daniel "Tano" Angelici, cuyo favorito Raúl Pleé- reunía la mayor cantidad de requisitos, incluyendo el de contar con el apoyo de los tribunales federales de Comodoro Py.

La grieta entre el Gobierno y los jueces se tornó indisimulable. La informalidad del anuncio, durante une entrevista televisiva, tuvo perfume de vendetta ante lo que en el entorno presidencial leen como un desafío de un sector del Poder Judicial, materializado a través de los últimos fallos adversos a los deseos de la Casa Rosada. Macri se hastió de ellos y les envió una señal de intransigencia con el objetivo de irritarlos, pero en el mismo movimiento dejó heridos a su alrededor. Ni la denominada "mesa jurídica" del Presidente, ni Angelici habían acercado la carpeta con el nombre de Weinberg de Roca y apostaban a una salida que respetase el reparto de poder que siempre tiene como epicentro a los tribunales federales. El peronismo aguardaba la chance de descongelar sus propios candidatos, encabezados por Rodolfo Urtubey. Confiaban en que un procurador "político" podría decodificar mejor las necesidades oficiales, como contracara de la gestión de Gils Carbó. Por su parte, los fiscales se ilusionaban con que fuese alguno de la tropa propia y varios se habían auto-inscripto en la carrera, con mayor o menor scoring. A todos les tocó enterarse por televisión. La única que sonrió fue Carrió: había vetado cualquier nombre relacionado a la "línea Boca", sinónimo de angelicismo. Weinberg tiene el sello Macri puro.

Vinculada al ámbito académico, especialista en Derecho Internacional Privado, la camarista Weinberg de Roca saltó al plano internacional en 2003 cuando integró diversos tribunales penales de Naciones Unidas en Ruanda y Yugoslavia. En 2013, recaló en el TSJ, luego de que Macri fracasara en la nominación de la fiscal Daniela Bruna Ugolini que acumuló catarata de impugnaciones. Este año ganó posiciones en el TSJ y desbancó a Luis Lozano en la presidencia del tribunal. La admiración que le profesa el Presidente es recíproca.

Con experiencia previa en el ámbito de la Justicia civil antes de desembarcar en la Ciudad, la magistrada encaja en la descripción del denominado "círculo rojo", algo que explica por qué Macri finalmente se decidió a jugar una carta fuerte por su candidatura. Sus aceitadas relaciones en el ámbito diplomático y empresarial (fomentadas por la red de contactos de su esposo, Eduardo Roca) fueron centrales para que Macri la asimilase en lo más alto de su consideración. Esta perspectiva desinfla la posibilidad de que la nominación forme parte de una estrategia de "Caballo de Troya", que permita ablandar las defensas para un candidato "tapado".

El peronismo se mostró sorprendido pero se resignó a que un Macri auténtico tomó la decisión sin necesidad de consejo. La bancada del PJ tiene la llave para que el pliego prospere o naufrague. O para hacerlo valer su peso en oro, tras detectar el interés que ahora tiene la candidatura para la Casa Rosada. Muy atrás quedó el anhelo de que sea Rodolfo Urtubey el elegido de consenso, algo que estaba casi cerrado cuando se iba a tratar la Ley de Reforma del Ministerio Público Fiscal para acotar el mandato del Procurador. Ya sin Gils Carbó en el cargo, ese impulso según el Gobierno- encontró al peronismo dividido y se fue desinflando, lo que liberó a Macri para tomar la decisión meditada solo con la almohada. Más allá de cambios normativos, la magistrada hoy tiene 70 años lo que proyecta un eventual ejercicio del cargo por el máximo de un lustro.

Más allá de sus pergaminos, Weinberg es una desconocida para la trinchera judicial. Nunca fue fiscal ni mantuvo contacto con el Ministerio Público y su experiencia penal internacional no se asemeja a las problemáticas de índole local. Ese perfil encendió alertas entre los senadores de la oposición que encuentran primordial avanzar en la implementación del Código Procesal Penal. Prefieren que decante la candidatura y comience el verdadero roce de la negociación.

En las próximas horas se activará el procedimiento previsto en el Decreto N° 222 que prevé la publicación de sus antecedentes, el inicio de la etapa de apoyos e impugnaciones y la instancia de audiencia pública. Luego, Macri podrá rever su decisión cuando deba enviar su pliego al Senado.

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