11 de abril 2018 - 22:12

“La casa de papel”: un placer culposo en Netflix

• PESE A SUS INVEROSIMILITUDES Y DEBILIDADES, SE TRATA DE UNA SERIE QUE SABE ATRAPAR AL ESPECTADOR
El viernes último el gigante del streaming subió la segunda temporada de esta serie española de insospechable éxito, que relata un atraco especial a la Casa de la Moneda. Si se aceptan, como en los films de acción, algunos planteos un tanto disparatados, representa un adictivo entretenimiento.

La casa de papel. Netflix ya subió la segunda temporada de esta serie española inspirada lejanamente en “Perros de la calle”, la opera prima de Quentin Tarantino.
La casa de papel. Netflix ya subió la segunda temporada de esta serie española inspirada lejanamente en “Perros de la calle”, la opera prima de Quentin Tarantino.
Desde el viernes pasado está disponible en Netflix la segunda y última temporada de "La casa de papel", serie española que se convirtió en éxito (lo que prueba la repercusión en redes sociales). Si bien es otro producto hecho a la medida de Netflix, lo que se traduce en previsibilidad y homogeneidad en los contenidos, "La casa de papel" no da respiro, pese a contener vínculos poco creíbles y situaciones inexplicables. Así como el espectador acepta el contrato de lectura con, por caso, las proezas de Tom Cruise en "Misión imposible", aquí el televidente admite esta trama porque el relato está bien estructurado y la información se dosifica de manera inteligente. Y sobre todo, porque quiere saber quién ganará, si el policía o el ladrón.

Creada por el español Alex Pina e inspirada en la opera prima de Quentin Tarantino, "Perros de la calle", cuenta la historia de un grupo de ladrones que no se conocen entre sí y que, por medio de El Profesor (Álvaro Morte), se preparan durante cinco meses en una casona de Toledo donde estudian el plan para dar el mayor golpe de la historia de España: un atraco a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre con el que pretenden hacerse con 984 millones de euros. "No robaremos a nadie", recuerda siempre El Profesor, sino que tomarán rehenes y pasarán varios días imprimiendo billetes para luego escapar por un túnel excavado previamente.

Varios de los atracadores se apuntan unos a otros en la cabeza ante lo que Nairobi (Alba Flores) grita: "Joder que esto no es una película de Tarantino, baja el arma", explicitando el guiño. En "Perros de la calle" los asaltantes se hacían llamar con nombres de colores; en "La casa de papel", son las ciudades las que dan nombre a los ladrones: Berlín (Pedro Alonso), Tokio (Úrsula Corberó), Río (Miguel Herrán), o Moscú (Paco Tous) están escondidos primero bajo unas máscaras de Salvador Dalí que paulatinamente se irán quitando. Tokio, desde cuyo punto de vista está contada la historia, tiene rasgos de Uma Turman en "Kill Bill" pero también recuerda a la Franka Potente en "Corre Lola Corre". Y no sólo por su aspecto físico sino por lo guerrera, sensual e impulsiva. No es la única que trastabilla y desobedece las reglas de evitar las relaciones personales entre los miembros de la banda.

La relación entre el jefe Berlín y la rehén Ariadna es otro vínculo, y otro más (el más descabellado) la relación amorosa entre El profesor y la inspectora Murillo, al mando del operativo de negociación y rescate. Hay muchos más desilces, pero hacen contrapeso con buenas escenas de acción, motines de rehenes y un relato construido a lo "24", siguiendo la cantidad de horas del "atraco". Valiéndose de flashbacks, se muestra al grupo de ladrones en Toledo mientras aprendían los pormenores de la estafa maestra. Las escenas al son de "Ciao, Bella", el himno de los Partisanos italianos, son de lo más festivas y emotivas.

Si bien los más críticos señalan que podría haberse tratado de un muy buen film de dos horas y que es una serie sobrevalorada, en España fue furor con 15 capítulos distribuidos en dos temporadas, que para la versión Netflix fueron alargados: la primera la hicieron durar 13 y la segunda sólo 9 (contra los nueve seis de la versión española). La diferencia radica en la duración de cada capítulo, en España de unos 70 minutos y en Netflix de 50. Y fuera de España tuvo más éxito aún.

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