20 de abril 2018 - 09:03

Lisandro López logró lo que Palermo no pudo en su noche más oscura



El 4 de julio 1999, Lisandro López tenía 16 años. Estaba en su Rafael Obligado natal y de crianza no se imaginaba que 20 años después sería capitán e ídolo de Racing. Habrá visto por televisión la goleada de Colombia a la Selección argentina por 3 a 0 y se habrá sorprendido cuando Martín Palermo erró tres penales. Casi dos décadas después protagonizó un hecho similar.

Marcelo Bielsa había comenzado su ciclo meses antes. El Boca de Bianchi terminaba de consagrarse bicampeón con récord de partidos invictos y el "Loco" no hizo locuras a la hora de armar la lista de la Copa América: convocó a medio equipo Xeneize.

A las grandes figuras -Gabriel Batistuta, Hernán Crespo, Claudio "Piojo" López, Juan Sebastián Verón- les dieron descanso y el rosarino llamó a Hugo Ibarra, Walter Samuel, Diego Cagna, Juan Román Riquelme, Guillermo Barros Schelotto y Palermo. Todos fueron titulares en la primera fase. El "Titán" vestía la "9" y llegaba como goleador del bicampeón argentino.

El mencionado día, Argentina enfrentó a Colombia en Luque. A los cinco minutos el árbitro "local" Ubaldo Aquino cobra penal para la Selección. Palermo lo tiró afuera.

A los 3 minutos del segundo tiempo, Germán Burgos evitó el 2 a 0 cafetero -se habían puesto en ventaja con gol de Iván Córdoba- tapandole un disparo desde los doce pasos a Ricard. Cuando corrían 21 minutos del complemento, a la albiceleste le dan otro penal. Palermo fue por la revancha y el tiro se reventó contra el travesaño. A los 24 y a los 42 con goles de Congo y Montaño la Selección Colombia rubricó la goleada. Sobre el final, el referí paraguayo le da un penal más a los de Bielsa. ¿Cambian el pateador? No. ¿Ahora sí fue gol? No, atajó Miguel Calero.

Tras esa Copa América, las puertas de la Selección para el atacante parecieron estar cerradas. Sólo lo convocó Bielsa para un partido por Eliminatorias tras la ausencia de Batistuta y Crespo. Fue suplente de Julio Cruz y no ingresó. Recién en 2009, con Maradona, volvería. Sabido es que con un gol suyo se logró un triunfo épico ante Perú.



"Licha" López pudo ser el nuevo Palermo. Cuando el partido de Racing ante Vasco Da Gama por la Libertadores estaba 0 a 0 pateó un penal fuerte y al medio y el uruguayo Martín Silva le adivinó la intención. La "Academia" ganaba 2 a 0 y sobre el final del primer tiempo tiene otro penal. ¿Patea Lautaro Martínez? No. La gente pidió por su capitán y Lisandro otra vez repitió el disparo haciendo figura al uruguayo.

El choque estaba resuelto. Corría el segundo tiempo y la "Academia" ganaba, gustaba y goleaba. Otra vez un paraguayo, esta vez Ulises Mereles, marca un tercer penal para un equipo con camiseta celeste y blanca. "¡Que le pegue Donatti con un fierro!", pedían en la platea para asegurar. Pero el "15" pensó que la tercera es la vencida y venció.

Esta vez, el optimista del gol fue López.

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